Personaje singular, por abolengo, trayectoria y decisiones, deja el sacerdocio con duras acusaciones al Obispo
19 ene 2012 . Actualizado a las 07:00 h.José Emilio Silvaje cuelga los hábitos. El que fue párroco de quince parroquias en Ribadeo y Trabada prepara las maletas para regresar a su casa familiar en Valencia; lo que hará la próxima semana, un viaje que ha retrasado unos días para poder despedirse de algunos amigos. Deja atrás tres años en A Mariña, muchos seguidores, algunos detractores y bastantes titulares de prensa, por asuntos como la revuelta de los campaneros de Cubelas (cuando se negó a que cobrasen las tasas que tenían establecidas), la plaga de termitas en este templo, su decisión de no cobrar por las misas, etcétera.
Su marcha coincide en el tiempo con el robo y posterior aparición de dos tallas en la iglesia de Sante. Silvaje niega que tenga relación con su decisión de dejar el clero: «Me voy por razones de salud, de cuerpo y mente. Ya lo había comunicado al Obispo en octubre». Un joven cura más desencantado con la realidad y la jerarquía eclesiástica que le tocó vivir.
Y se va entre muestras de apoyo, algunas sorprendentes ?por ejemplo de algún alcalde, como Fernando Suárez, que no destaca precisamente por su fe católica? y con duras críticas al Obispo. Su escrito público de despedida, que ayer publicó La Voz, constituye un duro ataque, sin precedentes, a Sánchez Monge por no haber salido en su defensa cuando fue acusado por varios vecinos de haber robado las tallas: «Deje el báculo y coja la escoba», concluye el escrito de Silvaje.
Hablamos de un personaje singular, que se ha visto envuelto en no pocos rumores, alguno ciertamente desagradable para él. Nacido en el seno de una conocida familia de Gandía, se codea con amplios sectores nobiliarios de España, una faceta que él mantiene en un segundo plano, que no oculta pero que prefiere que no se divulgue. Su coche ?un todo terreno de alta gama? lo usa para hacer habituales desplazamientos por toda España, pero lo cierto es que choca un tanto con su faceta de hombre desprendido y altruista. Porque Silvaje es el creador de una fundación, Benignitas, que tiene por objetivo promocionar, tanto social como culturalmente, los colectivos más necesitados de cualquier parte del mundo. Su andadura la inició ayudando al Obispo Emérito de Mondoñedo-Ferrol, Gea Escolano, en su misión en Perú, rigiendo un colegio en un barrio marginal al que acuden diariamente a educarse y alimentarse más de dos mil niños.
Cura en parroquias rurales de Ribadeo y Trabada, pero también un hombre que se codea con la nobleza. En internet figuran varias referencias que lo acreditan. Por ejemplo: la noticia de que el Infante Don Carlos, Duque de Calabria y Jefe de la Casa Real de las Dos Sicilias, lo invistió miembro de la Sagrada y Militar Orden Constantiniana de San Jorge.
En medio de esta polémica el Obispo, Manuel Sánchez Monge, estuvo el martes en Ribadeo. Fue en una reunión con sacerdotes de la zona para planificar la próxima visita pastoral, que ya estaba prevista desde hace tiempo, y que desvinculó de los últimos acontecimientos vinculados con Silvaje. De hecho, el Obispo declinó hacer manifestaciones sobre las acusaciones que le hizo. Sobre el robo de las tallas, se limitó a manifestar que es un asunto que está pendiente de resolverse en el juzgado.
El párroco está recibiendo mensajes de apoyo, entre ellos de Suárez Barcia