El gasoil que se vertió en un sabotaje en Ribadeo no afecta a las playas

José Francisco Alonso Quelle
J. ALONSO RIBADEO

A MARIÑA

Otros dos camiones estacionados en Guitiriz y Begonte fueron dañados por desconocidos

18 mar 2013 . Actualizado a las 17:42 h.

El vertido de unos tres mil litros de gasoil a raíz de un sabotaje en una flota de camiones no ha afectado a la playa de Os Castros, en Ribadeo. En el marco del plan de contingencias, se han instalado cinco barreras anticontaminantes en el arroyo que discurre desde las inmediaciones de la gasolinera de A Devesa, donde estaban aparcados los camiones, y la costa ribadense. También fueron colocadas mantas absorventes. Pero lo cierto es que del combustible apenas queda nada, más allá de algún resto en las rocas. «No mar non hai nada», manifestó la patrona mayor de Ribadeo, Celia Pacios. Por la mañana biólogos de la Xunta y técnicos de Augas de Galicia supervisaron la costa y el curso del arroyo y tomaron muestras, como harán en los próximos días hasta verificar que no se ha producido contaminación.

Las zonas de marisqueo se encuentran a unos kilómetros de distancia de donde vierte el arroyo al mar: «Non hai nada pechado. Estiveron os biólogos e non hai nin rastro do combustible. Íamos coller percebe, pero como o mar estaba moi mal non puidemos. Collerémolo mañá, para analizar e se non se pode colleremos mexilón, para analizalo e despexar calqueira dúbida, pero de alerta nada de nada», insistió Celia Pacio.

En tanto, en la gasolinera de A Devesa proseguían los trabajos para reparar los diez camiones saboteados de la empresa Miana. Los daños son más cuantiosos de lo estimado inicialmente y podrían aproximarse a los 200.000 euros. Todo apunta a un problema de competencia en el sector, ahogado por la crisis, como hipótesis del incidente, ya que en la misma madrugada del sábado al domingo se produjeron otros sucesos similares en la provincia de Lugo. En uno de ellos tres encapuchados pincharon con punzones las ruedas de un camión estacionado en el polígono de Begonte. El conductor se encontraba en el interior de la cabina, durmiendo, y al escuchar ruidos intentó ahuyentar a los saboteadores. Pero tras ser amenazado, se quedó en la cabina y optó por no intervenir. También esa misma noche fueron pinchadas seis ruedas de un camión que estaba aparcado en el área de servicio de la A-6 en Guitiriz.