A La Diputación "no" le interesa el carnero de Ribadeo, sí el torques de Burela

No habrá nueva reunión, al menos de momento, entre la Diputación y la familia de uno de los mecenas del museo, Álvaro Gil. Por lo tanto continúa la cuenta atrás para que los propietarios de la valiosa colección se la lleven a otro lugar de Galicia. «Se han plantado y, desde luego, nosotros no vamos a hacernos mil kilómetros para ir a perder el tiempo», así de contundente se mostró ayer el portavoz de la familia, Carlos López que la pasada semana participó en una reunión con el diputado provincial de Cultura para conocer la oferta que el organismo provincial hace por las piezas.

La versión que dio Vicepresidencia de la Diputación tras la reunión de la pasada semana es que ambas partes «achegan posturas», sin embargo la familia advierte que no es así. «Transmitieron esa versión, pero resulta de que nosotros estábamos muy lejos de un acuerdo y así lo hicimos saber públicamente», explicó Carlos López Gil.

Representantes del organismo provincial contactaron de nuevo con el abogado de la familia para hablar de una próxima reunión y advertir de que la oferta económica seguían siendo la misma. La cuantía económica sigue siendo una incógnita. Ambas partes no la dieron a conocer. Podría ascender a unos tres millones de euros. En su día la colección fue valorada a efectos judiciales en cinco millones.

La familia desveló las pretensiones de la Diputación. El departamento del que se ocupa el diputado Mario Outeiro parece no estar interesado en la colección en su totalidad. Únicamente se interesa por las piezas de oro y no todas. «El interés de la Diputación se centra en 12 elementos. Pero tampoco quieren todo el oro. Por ejemplo, el carnero alado de Ribadeo no les interesa porque no es una pieza que tenga que ver con la provincia de Lugo», advirtió el portavoz de la familia. A Carlos López le llama poderosamente la atención esta distinción y en este sentido recordó que los principales museos del mundo se nutren de piezas que nada tienen que ver con el lugar donde están implantados. «La cultura, es la cultura; pero hay quien no lo ve así», explicó el portavoz del mecenas del museo de Lugo.

Con todo este panorama, resulta que la familia no está dispuesta a seguir «perdiendo el tiempo» porque desde el primer momento planteó que la colección ha de ser expuesta en su totalidad y en caso de no serlo tiene que ser entregada a los propietarios. Este es el caso de los cuadros de pintores de la escuela catalana.

A la Diputación sí le interesa el Torques de Burela y la colección que se encuentra en la sala acorazada.

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