Manuel Sánchez Monge: «Tenemos unos 15 sacerdotes en activo con más de 85 años»

Inmaculada Eiroá González
INMA EIROÁ VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

PEPA LOSADA

El obispo advierte: «Se está cayendo en esos límites de necesitar comida, de que se le pague el alquiler de la luz...»

23 feb 2014 . Actualizado a las 07:05 h.

««Hay muchos curas mayores. Quizás tenemos quince sacerdotes con más de 85 años en activo. Porque ven que no hay relevo, aguantan hasta el final».

Lo explica el obispo de Mondoñedo-Ferrol, Manuel Sánchez Monge a quien le parece «admirable» que los sacerdotes, pudiendo jubilarse a los 75 años, o incluso antes si lo piden por enfermedad, resistan y voluntariamente sigan trabajando lo que «buenamente puedan», matiza. «Se lo agradezco enormemente y muchos fieles de la diócesis lo mismo, porque la gente sabe que el día que su cura fallezca, se quedarán sin cura», remarca monseñor Sánchez.

Parejo al envejecimiento está la escasez de vocaciones, que el obispo resume en un dato y es que actualmente en toda la diócesis hay tres seminaristas mayores, dos de ellos serán ordenados diáconos en un futuro próximo y otro ha empezado los estudios este año.

Es una de las muchas cuestiones que plantean en el cuestionario que ha remitió el Obispado mindoniense al Vaticano como paso previo a la visita Ad Límina Apostolarum que monseñor Sánchez realizará del 2 al 8 de marzo a Roma, donde mantendrá un encuentro con el Papa y sus órganos de gobierno, por así decirlo.

Para Sánchez Monge está será su primera visita Ad Límina Apostolarum. Suelen celebrarse con una periodicidad de cinco años, pero han pasado ya ocho desde la última y el informe preceptivo lo hizo entonces su predecesor en el cargo monseñor Gea Escolano.

En el que han remitido ahora van datos de los últimos ocho años, los que lleva el actual obispo al frente de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol. Distribuidos en grandes capítulos, desde el Vaticano piden información del ministerio episcopal (trabajos que dependen directamente del obispo), de la vida cristina, la liturgia y los sacramentos, de la educación católica, la catequesis, los sacerdotes y la vida del clero, los laicos, el ecumenismo, sobre otras religiones, la pastoral de familia, medios de comunicación social, caridad, pastoral sanitaria, pastoral de emigrantes e itinerantes, situación económica, bienes artísticos e históricos de la iglesia, etcétera.

Es una radiografía en toda regla. La relación de rehabilitaciones, actuaciones y restauraciones realizadas en catedrales, iglesias y capillas es prolija. Por mencionar alguna, se habla de las dos catedrales de la diócesis, de la basílica de San Martiño, de las iglesias románicas de Santa María y San Pedro de Viveiro, de la las iglesias de Recemil, Ponte de Arante, Adelán, Alaxe, Benquerencia, Boimente, Castro de Ouro.... De los museos de la diócesis, bibliotecas, seminario, archivos. Y de su estado de conservación.

«Creo que el número de intervenciones llama la atención poderosamente», afirma el obispo, explicando que unas son actuaciones en profundidad y otras más puntuales. También se informó al Vaticano sobre las distintas Semanas Santas, no solo de los aspectos religiosos, incluso de su interés turístico.

A la pregunta del Vaticano sobre las perspectivas de futuro y necesidades más urgentes, señala Sánchez Monge que desde el Obispado han puesto énfasis en tres cuestiones. La pastoral misionera y evangelizadora. La pastoral juvenil y vocacional y la pastoral familiar.

Del Papa Francisco y de esa cercanía que le atribuyen y de la conexión que pueda tener con él, responde Sánchez Monge con risas y con un «contentísimo». «Un Papa muere o renuncia y viene otro y hay que cambiar (...) Es una obligación para todos y de los cristianos seguir las orientaciones del Papa actual. Este destaca por eso, claro, porque viene no de una congregación como Benedicto XVI, viene de una diócesis grande, como es Buenos Aires, es latinoamericano y tiene otra sensibilidad distinta de un alemán o un italiano y luego son religiosos, es jesuita y está acostumbrado a planteamientos que son propios de una vida religiosa y consagrada y eso también se le nota, pero estupendamente», remacha el obispo de Mondoñedo-Ferrol.

Por otro lado, en el Obispado detectan un aumento de gente con necesidades. Lo positivo, según Sánchez Monge, es que a través de Cáritas y con la colaboración de otras instituciones, como los servicios sociales municipales o la cocina económica, se está dando respuesta a esas necesidades nuevas que se plantean. «Se está cayendo en esos límites de necesitar comida, de que se le pague el alquiler de la casa o de la luz, porque se la cortan. Familias que nunca pensaron que iban a caer en esa situación, pero si los dos quedaron sin trabajo y si tienen una hipoteca... Imagínate», señala.

Cree que eso se ve claramente en Ferrol, donde no existen los recursos de las aldeas, que tienen gallinas o patatas. Y destacó el trabajo de Cáritas que, dice, «está acudiendo puntualmente y sin burocracias, de forma distinta y más rápida de como lo puedan hacer los ayuntamientos y con un estilo distinto al de un funcionario: «no solo damos alimentos, acompañamos, damos motivos para que sigan adelante», explica, resaltando la conciencia de sus voluntarios y profesionales.