San Cibrao salió mejor en la puja, pero falta saber si lo considera suficiente
07 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.La plantilla de la fábrica de Alcoa San Ciprián conocerá hoy el resultado de la subasta eléctrica celebrada la pasada semana en Madrid, y espera que la empresa despeje dudas e incertidumbres sobre el impacto que las bonificaciones obtenidas pueden tener en el 2016 sobre sus tres plantas.
Si bien todo apunta a que la fábrica asentada en San Cibrao ha salido mejor parada que sus homólogas, ya que la multinacional aseguró el mismo lunes de inicio de la subasta los únicos tres bloques de 90 MW que consiguió por adjudicación directa, y previsiblemente, una parte de los paquetes de 5 MW que adquirió el miércoles, no hay tranquilidad en la factoría mariñana. Los analistas que siguieron la subasta coincidían en señalar que la subasta no había sido buena para Alcoa, ya que podía haber perdido casi diez millones de euros con respecto a la puja del año pasado. No hay acuerdo tampoco a la hora de evaluar si lo obtenido por la multinacional del aluminio es producto de la evolución de la subasta en sí o si son otras las intenciones de la multinacional.
Analistas aparte, el mismo día que se cerraba la subasta de interrumpibilidad energética, el presidente del comité de la fábrica de San Cibrao, José Luis Combarro, anunciaba de nuevo que se pedirá al Ministerio de Industria «independientemente del resultado, una solución al tema industrial y energético de este país». De hecho desde su sindicato, UGT, que ese mismo día se reunía en Avilés con los delegados sindicales de las tres fábricas de Alcoa, se criticó con dureza «la política industrial del Gobierno y el coste de la energía en España». Combarro puso la subasta energética como «ejemplo de que se hace lo contrario de lo que se dice». Aludía así al hecho de que, contra todo pronóstico, el Gobierno subastó menos bloques de interrumpibilidad que el año pasado «cuando todo el mundo tenía en mente que, de cara a esa solución, podría haber puesto diez u once bloques sobre la mesa». El sindicalista mariñano recordó lo acontecido con las fábricas de Avilés y A Coruña, «la amenaza de un Ere extintivo», y también la situación por la que atraviesa en este momento el mercado del aluminio, con el precio de la tonelada en la Bolsa de Londres por debajo de los 1.550 dólares y con la presión del mercado chino.
El modelo de subasta que aplica España es, dicen los sindicatos vinculados a las fábricas de Alcoa, un sistema «injusto y perverso» ya que «no todas las empresas concurren a la subasta en igualdad de condiciones, porque no es lo mismo una empresa en la que el coste de la energía supone el 40 % que otra a la que le supone el 15 %».
El comité de empresa de Alcoa San Ciprián insiste también en la necesidad de contar con un sistema que de estabilidad «por lo menos a medio plazo» como existe en otros países europeos, de forma que las empresas pudieran saber a qué atenerse en un plazo de 2 a 5 años, evitando así el sobresalto anual que se está viviendo desde que se implantaron las subastas tras eliminar la tarifa G-4.
Pero no solo hay críticas para el Gobierno. Los sindicatos también piden a Alcoa «que se posicione a nivel interno, que diga cuál será su actuación en un futuro próximo». Saber qué inversiones tiene previstas la multinacional a corto y medio plazo.
La Xunta pide «estabilidad»
Desde la Xunta, el conselleiro de Economía e Industria, Francisco Conde, también demandó al Gobierno «de cara al futuro» un sistema que propicie «mayor estabilidad y certidumbre a las empresas» que el de subastas de interrumpibilidad vigente en la actualidad.