La mindoniense Elena Candia ha logrado en los últimos diez meses ser alcaldesa, presidenta de la Diputación y la mandamás del PP a nivel provincial
07 mar 2016 . Actualizado a las 23:18 h.«El que la sigue la consigue» es uno de los refranes de cabecera de una mujer entregada a la política y a la que le gusta bailar. La mindoniense Elena Candia se emociona escuchando Negra Sombra, le gusta la moda y encuentra ídolos femeninos solo revisando su árbol genealógico. Y es que la nieta de Modesta está en racha. Con 38 años recién cumplidos ha acaparado más portadas en los últimos doce meses que otros que llevan media vida asentados en los cargos que reparten los partidos en los despachos. No es el caso. Elena Candia gana en las urnas. Es profeta en su tierra. La alcaldía de Mondoñedo se le resistió en dos ocasiones -2007 y 2011-, pero a la tercera fue la vencida. Esta tercera ocasión fue la que le propinó el pasado junio el impulso que le ha llevado a romper moldes en un partido poco acostumbrado a airear disensiones.
El año pasado batió dos marcas; gobernar el municipio en el que nació -13 de junio- y ser la primera mujer presidenta de la Diputación Provincial de Lugo -24 de junio-. Pero el sabor de esta victoria le duró poco; tres meses y varios días. Una moción de censura la desalojó el 8 de octubre del sillón de mando del Pazo de San Marcos, aunque no del hemiciclo, el mismo espacio que le permitió a la mindoniense proyectar su figura política fuera de su municipio y de la comarca mariñana.
Anteayer, Candia volvió a vencer convirtiéndose en la primera mujer que lleva las riendas del PP lucense. Lo hizo derrocando a Raquel Arias, con quien había disputado ya ser candidata a la Diputación. A ambas se les presume carácter, capacidad de trabajo y de liderar equipos. Y ambas son el claro ejemplo de que la valentía en el PP lucense tiene nombre de mujer. Se han atrevido públicamente a posicionarse y a dar la batalla en aras de reinventar un partido que ya no logra teñir de azul todo el tapete electoral de la provincia.
Raquel Arias llevaba ya cuatro años como alcaldesa de Sober cuando Elena Candia se estrenó en política, en el 2003. La mindoniense tenía 23 años cuando fue nombrada edila de Servizos Sociais, sin dedicación municipal. Desempeñó el cargo durante cuatro años y en el 2007 encabezó por primera vez la lista popular en las elecciones locales. La victoria se le resistió, pero no tiró la toalla. Compaginó su trabajo como abogada y corredora de seguros con la labor de oposición.
En el 2011 volvió a intentarlo. No fue elegida regidora, pero impulsó su carrera como viceportavoz en la Diputación, pasando más tarde a ser la portavoz cuando José Manuel Barreiro, su mentor, dio el salto al Senado.
Se le acumulan los cargos
A Elena Candia se le acumulan ahora los cargos: regidora, portavoz del grupo provincial en la institución provincial, presidenta del PP lucense... ¿Los mantendrá todos? «Hai que analizar esta nova situación, pero o que está claro é que non sería capaz de levar todo se non fora polos equipos cos que traballo codo con codo no Concello, na Deputación e no partido», manifestaba ayer, cuando también advertía que aún no está decidido cómo quedará la dirección del partido ni a cuántos miembros de la candidatura de su rival incluirá. En los próximos días, quizás de cara al fin de semana, se conocerá el nombre de los pilares de la estructura popular: «Xa estou quedando con xente para falar e o que creo que debemos transmitir é que queremos sumar (..) Creo que o sistema funcionará si entendemos isto como un equipo. Temos que cambiar o concepto e sumar».
El siguiente paso será dar voz a las comarcas. Candia lo prometió en campaña y ahora dice estar dispuesta a que sean los afiliados los que elijan a los coordinadores comarcales: «Queremos que o partido teña unha estrutura máis grande, que as comarcas teñan peso e que as mesas sectoriais estean formadas por profesionais que realmente coñezan os sectores». Confiesa que la visión de centralizar el poder en una persona está «un pouco desfasada» y al presidente de la Diputación, también mariñano, Darío Campos (PSOE), ya le manifestó ayer su intención de colaborar y de arrimar el hombro en pro de la provincia.
«A actividade política absorbe practicamente todo o meu tempo»