Autor de "Quiéreme mucho", el segundo himno de Cuba
18 sep 2016 . Actualizado a las 10:37 h.Uno no sólo es de dónde nace a la vida, sino de dónde nace al destino. Agustín Rodríguez Castro nació en O Vicedo en 1885 pero fue el más cubano de los emigrantes gallegos, el que mejor captó e interpretó el alma de Cuba, donde murió en 1957. Escribió cientos de sainetes y zarzuelas, los argumentos de las primeras películas del cine cubano y las letras de canciones que Plácido Domingo, Alfredo Kraus, Mirelle Mathieu, Pedro Vargas o Julio Iglesias convirtieron en inmortales. Algunas de ellas, como Quiéreme mucho o Amalia Batista, figuran en el horizonte sentimental de medio mundo.
Y lo más curioso es que tanto en su tierra natal como en la isla que tanto amó son pocos los que hoy dan razón de él. En un caso, por desconocimiento. Y en el otro, porque el castrismo, en su vana búsqueda del “hombre nuevo”, combatió y despreció _acaso ya no lo haga_ todo lo que oliese a la Cuba anterior a 1959.
Agustín llegó a La Habana cuando tenía 16 años. Se ocupó como tipógrafo pero pronto quedó cautivado por el naciente teatro cubano de zarzuelas y sainetes, género al que se dedicó y llegó a estrenar más de 400 obras. Su actividad teatral comenzó en 1908 en el Teatro Alhambra. Para él escribió obras como La toma de Veracruz, De guardia a motorista, La mulata, ¿Qué tiene la niña?, Gallegos en un tiro y tantas otras que, debido a su éxito, lo mantuvieron en cartelera hasta 1930.
El Teatro Martí y la cubanía
Ese año, tras asociarse con el empresario Manuel Suárez Pastoriza para regentar el popular Teatro Martí, creó su propia compañía, la Compañía de Zarzuelas Cubanas, con los músicos Gonzalo Roig y Rodrigo Prats como directores de orquesta. Escribió los libretos de más de 70 obras, algunas tan exitosas como María de la O, Carmiña, La Habana de noche, la famosísima Amalia Batista o Cecilia Valdés, la más representativa zarzuela cubana. Y desarrolló la más extensa temporada de arte lírico realizada en Cuba al extenderse sus programas hasta 1936. En esa etapa colaboró con el compositor Ernesto Lecuona para que el que redactó piezas como La Veguerita, La Cubanita o la revista-opereta Mujeres.
El vicedense fue también guionista y creador de argumentos de las películas Sucedió en La Habana y El romance del Palmar (1938) o Estampas habaneras en 1939. Y fue un pionero de la Televisión de Cuba que, en los años 50, acogía los miércoles zarzuelas suyas como La Habana que vuelve, El batey o La de Jesús María, entre otras. Críticos e investigadores de su vida y obra, como Mayra Cué o María Argelia Vizcaíno, coinciden en destacar que su rotundo éxito en el teatro, el cine o la canción se debió a que supo captar y reflejar, como nadie, la cubanía, el más profundo modo de ser y sentir de Cuba y de los cubanos.
Autor de «Quiéreme mucho», el segundo himno de Cuba
Agustín Rodríguez fue uno de los más importantes letristas de Cuba. Escribió para muchos compositores pero su preferido fue su amigo y colaborador, Gonzalo Roig, fundador, con Ernesto Lecuona, de la Orquesta Sinfónica de La Habana. La mayoría de sus canciones llevan sus letras.
Una de las más famosas y universales fue, sin duda, Quiéreme mucho, considerado el segundo himno de Cuba y uno de los temas cubanos más conocidos junto a Guantanamera, El Manisero o Siboney. Fue estrenada en 1917 por el tenor Mariano Meléndez y grabada, por primera vez, en RCA Victor, por el italiano Tito Schipa que la catapultó al mundo. A partir de ahí, la incluyeron en su repertorio grandes de la música como Los Panchos, Javier Solís, Ibrahim Ferrer, Plácido Domingo, Julio Iglesias y otros.
El propio Roig contó el origen de la canción: “En 1915, en plena Guerra Mundial, Agustín me pidió poner música a su sainete El servicio militar obligatorio. Creé entonces un dúo de amor que, después, se convirtió en una pieza independiente muy del gusto del público, el bolero Quiéreme mucho con letra del propio Agustín”.
Otra conocida canción del emigrante de O Vicedo fue Amalia Batista, escrita en 1920 para una zarzuela del maestro Rodrigo Prats, viejo amigo suyo, que iba a estrenar la gran diva cubana Rita Muntaner. Recrea la leyenda de una mulata famosa por su exuberante belleza en La Habana de fines del XIX y principios del XX: “Amalia Batista / Amalia Bayón /que tiene esa negra / que amarra a los hombres?”. Se estrenó en 1936 pero en lugar de Rita la cantó la soprano Maruja González ya que, a tres días del estreno y con las entradas vendidas, la caprichosa diva abandonó el grupo teatral debido a diferencias entre ella y el letrista y, a la vez, dueño de la compañía, Agustín Rodríguez. Cuatro años después, en una breve reconciliación, la Muntaner accedió a interpretar, por una sola vez, a la mulata Amalia Batista sobre las tablas del Teatro Nacional.
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Un multitudinario entierro en el que bajó a la tumba a los sones de su canción más emblemática
Agustín Rodríguez Castro nació el 29 de agosto de 1885 en O Vicedo. Era uno de los cinco hijos de Fidel Rodríguez Fernández, maestro, y de Matilde Castro Mera. Dos de sus hermanos _Cándido y Saturnino_ tambien emigraron a Cuba y sus dos hermanas _Esperanza y Delfina_ vivieron en O Vicedo.
Agustín marchó en 1901 reclamado por su tío José Castro Mera. Tenía 16 años y había quedado huérfano de padre. Al principio, trabajó en una imprenta pues tenía una buena formación cultural por tradición familiar y por su voraz vocación lectora. Tras una dilatada carrera en el mundo del teatro, murió en 1957 a causa de un cáncer. Su entierro fue una gran manifestación de duelo en el que participaron gentes y personalidades de la vida social y cultural de Cuba. El dramaturgo Feliciano Salas lo contó así: “Se quedó para siempre en la tierra que eligió como suya y bajó a la tumba, una mañana, envuelto en las notas de “Quiéreme mucho” interpretadas por una orquesta que dirigía, firme, sin una lágrima, el maestro Gonzalo Roig”.
Mientras, un coro cantaba su más emblemática canción “Quiéreme mucho, dulce amor mío/ que amante siempre, te adoraré./ Yo con tus besos y tus caricias/ mis sufrimientos acallaré./ Cuando se quiere de veras/ como yo te quiero a ti/ es imposible, mi cielo,/ tan separados vivir.”
El emigrante de O Vicedo fue, sin duda, uno de los gallegos que más conectó con el pueblo cubano. Por eso su nombre no sólo está en la historia de la cultura de Cuba sino en la propia cultura y en la misma Cuba. Y es que nadie es sólo de donde nace a la vida sino de donde nace al destino?
memoria de mariñáns por martín fernández
Reflejó el alma de Cuba en 400 zarzuelas y sainetes, en boleros y canciones como «Amalia Batista», suya también