La esposa de Batista era oriunda e Hija Adoptiva de Ribadeo

La Voz

A MARIÑA

El coche presidencial atropelló a una joven que iba en bicicleta; era Marta F. Miranda, de la que se acabó enamorando el dictador cubano

13 nov 2016 . Actualizado a las 12:19 h.

Un día de 1962, el dictador cubano Fulgencio Batista -que había sido derrocado la noche de fin de año de 1958 cuando los revolucionarios de Fidel entraron en La Habana- accedió, con su comitiva, a la fonda que Rosendo Cabanela tenía en la calle Marqués de Rodil de Mondoñedo. Tenía sed y la hija del dueño, Elena, le sirvió un vaso de agua. Un diario que estaba sobre el mostrador traía la noticia de que el día anterior había estado en A Coruña. Y entonces él, vanidoso y haciéndose el simpático, sacó un bolígrafo y escribió de su puño y letra: ...

La anécdota la contó Andrés G. Doural. Y es que, en aquellos años, Batista vivía exiliado entre Madrid y Guadalmina (Málaga) y, como le sobraban tiempo y dinero, decidió mostrar a su familia la tierra de los padres de su segunda esposa, Marta Fernández Miranda. La había conocido de un modo inusual en 1943. Era su primera etapa de líder cubano -como presidente de 1933-40 a 1944- antes de convertirse en dictador de 1952 a 1959. Su automóvil presidencial circulaba a toda velocidad por el barrio de Marianao cuando atropelló a una muchacha que iba en bicicleta. Era Marta, una bella joven del barrio de Buenavista, de ojos verdes y 22 años. La mitad de los que tenía por entonces Batista...

 Emelina y los Miranda

El presidente asumió la hospitalización y la visitó en la clínica. Simpatizaron, comenzaron a verse en secreto y ya nunca apartó su mirada de aquellos ojos verdes. Estaba casado con Elisa Godínez desde 1926, cuando era un ambicioso sargento, y tenía tres hijos. Pero lo dejó todo y en noviembre de 1945 se casó con ella.

El padre de Marta era Ramiro Fernández Ledo, hijo de Manuel Fernández, un agricultor de Chantada que combatió en la Guerra de Cuba. Y su madre, Emelina Miranda Cascáis, una emigrante de Ribadeo.

La vinculación de los Miranda con la villa es antigua. Pedro de Miranda Osorio y su hijo Antonio fueron sus gobernadores y Caballeros de Santiago en 1667. Mariana Miranda Mon, de Ribadeo, se casó en 1817 en Betanzos con el Capitán General de Galicia, Manuel de Latre y Huarte. Y Elena Miranda Santos fue la esposa de Narciso Obanza Alonso, hijo del famoso banquero ribadense. En 1913, otro miembro del linaje, Adriano Miranda -militar, vecino de Ribadeo, albacea de Cruz Miranda- fue quién cedió a la iglesia de Celeiro de Mariñaos la capilla de San Caetano. Una vinculación tan larga y el hecho de que Marta fuese Primera Dama de Cuba hicieron que el Concello acordase el 30 de octubre de 1957 nombrarla Hija Adoptiva de Ribadeo «teniendo en cuenta que su señora madre es natural de este antiguo Condado donde nacieron y residieron sus antepasados; teniendo en cuenta sus atenciones y caridades con los hijos de Ribadeo en Cuba; y por su probado amor a esta tierra».