Las peleas de garañones, el marcado a fuego... un ritual un año más conservado en la Rapa das Bestas de Candaoso
03 jul 2017 . Actualizado a las 20:29 h.La lucha ancestral del hombre para someter a los caballos salvajes. Mucho más que un ritual. Una representación de un hacer, de un modo de vida, que ayer se recuperó, y ya van 49 ediciones, en la Rapa das Bestas de Candaoso en la parroquia de San Andrés de Boimente (Viveiro), fiesta declarada de interés turístico autonómico. Los actos previos se iniciaron el sábado y el domingo fue el día grande, en una jornada soleada, espléndida, que animó a acudir a numeroso público, que asistió a la bajada del ganado por los montes de Buio, dirigiéndose al curro donde fue encerrado. El curro de Candaoso: «Único e auténtico curro da provincia de Lugo onde o home loita co cabalo ata derribalo», dice como un reto el programa festivo. Y así siguió la pelea de garañones, la rapa de crines y colas de las reses, el marcado a fuego y la doma. Todo con el paso medido, parsimonioso, para que todos pudiesen contemplar cada etapa de un proceder que despierta el interés de muchos turistas. Los chavales también disfrutaron de lo lindo, con paseos en ponis y a caballo.
Muchos tratantes también acudieron a Candaoso, como manda la tradición, a la feria de ganado. Por la tarde, el espectáculo llegó con las competiciones de andadura y las carreras de caballos y burros. Y de cierre, música, con Eclipse, hasta bien entrada la madrugada.