Dos conflictos dejan en la calle a 29 empleados del transporte en A Mariña

La Voz VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

XAIME F. RAMALLAL

A los catorce despedidos de Támega se suman quince de Arriva y Eocar sin contrato

09 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Dos conflictos distintos han dejado en la calle a 29 empleados de empresas de transporte en A Mariña. Por una parte, a catorce trabajadores del Grupo Támega, que ayer volvieron a concentrarse reclamando que les abonen salarios y las indemnizaciones correspondientes por los despidos. Y por otra parte, catorce conductores de Arriva y una administrativa de Eocar, sin contrato desde ayer porque, según un responsable de la unión temporal de empresas Morán-Rodríguez, la nueva concesionaria de la línea de transporte en la que trabajaban, dice que «penso que 15 para esa línea non farían falta».

Buena parte de los 14 obreros de Fisterra TIG, filial del grupo Támega, que se quedaron en la calle a principios de este mes, tras un ERE, se concentraron en Cervo durante casi todo el día. Reclaman los alrededor de dos mil euros que le adeudan de media a cada uno por los salarios de julio y las indemnizaciones que les corresponden y que oscilarían entre los 11.000 y 20.000 euros, según el caso. Así lo explicó Marcos Pérez, el secretario general de la Federación de Transportes de Galicia de Comisiones Obreras, señalando que con estas protestas piden también que se lleve a cabo una investigación del proceso de liquidación de la firma. Los catorce obreros que se quedaron en la calle, explicó, son los de mayor antigüedad. Los otros 25, entre ellos los cuatro socios de Támega, fueron subrogados por Logística Lucense, la empresa a la cual vendieron la unidad productiva durante el concurso.

Comisiones Obreras insiste en que en el caso Támega debe de actuar la Fiscalía

Desde Comisiones Obreras denuncian posibles irregularidades en el proceso y son de la opinión de que la Fiscalía actúe de oficio para investigarlo. «Algo huele mal», señala Marcos Pérez, refiriéndose a lo difícil que resulta de entender que una empresa entre en concurso y que los antiguos dueños que la llevaron a esa situación pasen subrogados a la firma que se quedó con los bienes a bajo coste y que ya tenía relación con la empresa que se liquidó y que trabajadores que llevaban más años trabajando acaben despedidos».

Señaló que ya hay denuncias de varios acreedores presentadas. Los trabajadores, mientras tanto, se movilizan para reclamar el dinero que les adeudan y para pedir que se lleve a cabo esa investigación.