Mondoñedo se revalida como ciudad mágica y única en su el día grande de ferias
19 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Mondoñedo vive estos días al ritmo de sus ferias, As San Lucas, con el silencio roto por las conversaciones de los que llegan y van deteniéndose en los puestos a comprar unas navajas de Taramundi, un cesto, un ramal para el caballo, bragas para la temporada o zapatillas para pasar el invierno. Ayer, día grande, el punto neurálgico estaba en el Campo dos Paxariños, donde se celebró la feria de caballar más importante del orbe, como si dijéramos.
Tras preguntar a los organizadores y a varios ganaderos, concluimos que concurrieron entre 800 y mil cabezas. Las reses, de buena calidad, lustrosas, con ese buen pelaje que da una buena primavera y buenos pastos.
Y todos satisfechos por las buenas ventas y los precios. No extrañó la presencia de tratantes de Asturias, León o Galicia, habituales en esta catedral del caballar, pero si sorprendió que acudiera algún comprador de Barcelona. Así lo confirmaba Francisco García, conocido ganadero, destacando los precios que se manejaron: «Foi unha sorpresa que levamos, non contábamos con iso, Vale máis unha yegua que unha vaca», señalaba. Cuenta Francisco que se vendió alguna cabeza, yeguas preñadas, para vida, de raza cruzada, entre dos mil y tres mil euros. Y para carne, los mejores ejemplares se comercializaron hasta a 1.500 euros, quedando los animales de unos 200 kilos en canal a 500-600 euros «ou por aí». Otro ganadero, Luciano, señalaba que los potros buenos andaban por los ochocientos-mil euros y los normales llegaron hasta 500 euros.
Junto a la feria de caballos, la exposición de maquinaria, y ya en la calle, puestos, una riada de gente subiendo y bajando y encaminándose, ya llegado el medio día, a las pulperías de la Alameda y su entorno. Alguna de ellas tiene colas que llegan casi hasta la Iglesia de Os Remedios. Ir a la feria, subir y bajar la Avenida das San Lucas, saludar al amigo que hacía un año que no veíamos y tomar el pulpo es una religión. La lluvia también acudió ayer por la mañana, discretamente, hay que decir, y sin incordiar en exceso. Lo justo para dinamizar el comercial de paraguas.
Por la tarde, más protagonismo del caballo en el concurso de andadura galega y ya al caer la noche, el esperado concierto del gaiteiro Brais Rodrigo en la Praza da Catedral y otra verbena potente. Tras el espectáculo que ofreció el primer día la Panorama, anoche les tocabas subirse al escenario a la Palladium y Os Satélites. En el programa, además, había títeres con Mircromina, juegos celtas con la Asociación O Cadaval, y malabares.
Íker García, jinete de 4 años, premio especial 2017
Iker García seguramente aprendió a montar a caballo antes que a andar. Con 4 años de edad, vio cumplida su ilusión de acompañar a su familia en la bajada y entrada de los caballos a Mondoñedo. Se llevó el Premio especial 2017 de As San Lucas, como jinete más joven de la historia de la feria. Su abuelo Luciano García, una institución de As San Lucas, acaparó los más importantes. Mil euros, por aportar a la feria el mayor número de cabezas, otro premio por el segundo mejor caballo galego de monte y otro por el grupo de más de 25 cabezas de mejor calidad. Se llevaron también premios en metálico Amancio Ares (el segundo mayor número de cabezas, el segundo grupo de más de 25 cabezas de mejor calidad). Tania Pérez, premio al tercer grupo más numeroso y primer premio a la mejor yegua de caballo galego. Moisés García, premio al mejor caballo galego, al mejor ejemplar de raza galega macho y al 2º mejor árabe macho. Iván Ares, a la segunda mejor yegua de caballo galego. Juan José Iglesias, premiado por el mejor caballo de silla macho; Daniel Seivane, por el mejor caballo raza galega hembra; Ganadería Gemelos, por el mejor caballo y la mejor yegua raza árabe . Borja González, por el 2º mejor árabe hembra. Yeguada Castilla por el 2º mejor caballo de silla. Martín Estua, por el mejor caballo de tiro. Lino Freire, premio al mejor burro. Raúl Lende (premio a la mejor mula).