Fue profesor del Seminario y se hizo amigo de José Mª Cos y Macho, que fue su hombre de confianza
16 jun 2019 . Actualizado a las 16:55 h.En realidad, no se llamaba Julián de Diego García Alcolea ni era de Mondoñedo. Llegó a la vida en Hontanares (Guadalajara) en 1859 pero nació al destino en Mondoñedo cuando, cuatro años después, sus tios, Manuel y Nicolás Alcolea, canónigos, lo acogieron para vivir con ellos y prepararlo para la carrera eclesiástica. Y a fe que lo consiguieron: fue profesor del Seminario, obispo de varias diócesis, Arzobispo de Santiago y Patriarca de las Indias. Gozó tambien de la protección y el amparo de su íntimo amigo, el también obispo de Mondoñedo y luego Arzobispo de Santiago de Cuba y de Madrid, José María Cos y Macho, el hombre en el que se inspiró Clarín -y sufrió querellas por ello- para crear el personaje central de La Regenta, el Magistral Fermín del Pas.
Alcolea, que así pasó a la historia, no se apellidaba García sino López. Pero huyó de él toda su vida, como gato escaldado… Sus tíos habían llegado a Mondoñedo acompañando a otro tío, Francisco López Borricón, que era obispo en la ciudad. Borricón, tras pasarse al bando carlista en 1827, fue nombrado por el Papa vicario general castrense de las tropas de Don Carlos, el pretendiente al trono español. Y las guerras carlistas, en las que tuvo destacada participación, dejaron un reguero de muerte, destrucción y exilio, entre otros del autor de la primera novela gallega, A Besta, el mindoniense Patricio Otero Luaces, Xan de Masma.
Por esos antecedentes, Alcolea se cuidó mucho de exhibir el apellido López. Era un sobrepeso en su mochila. Pero se llamaba Julián de Diego López Alcolea. Entró en el Seminario a los 8 años, hizo toda la carrera con las máximas calificaciones y se ordenó sacerdote a los 22, en 1881.
No consiguió Foz
Su primer destino fue profesor del Seminario de Mondoñedo. Ahí se hizo amigo de Cos y Macho y fue su hombre de confianza. El ex deán de Santiago, José Mª Díaz Fernández -un sabio y un orgullo de Galicia- dice que marchó a Palencia en 1888, tras ganar la plaza de Magistral, porque en el concurso de parroquias convocado por la Diócesis de Mondoñedo no logró la de Foz que pretendía.
En 1892, Cos, ya obispo de Madrid-Alcalá, lo nombró secretario de cámara. Y cuando llegó al Arzobispado de Valladolid lo volvió a llamar y, al poco, lo promovió a Obispo de Astorga. De ahí pasó a Salamanca donde estuvo diez años. Fue senador, creó Acción Católica, promovió Cajas de Ahorro, sindicatos agrícolas y sociedades de socorros mutuos y obtuvo la Gran Cruz de la Beneficiencia.
En 1923 fue nombrado Obispo de Sión y Patriarca de las Indias. Y, al año siguiente, Consejero de Estado, el primer eclesiástico en serlo. Dos años después llegó a Santiago como Arzobispo y en 1927 murió de repente. Su fabulosa biblioteca fue vendida en subasta pública y la compró la Universidad de Santiago que aún la conserva integra…
martinfvizoso@gmail.com