Subasta, compra-venta, Estatuto, llegan días trascendentales también para Alcoa San Cibrao
A MARIÑA

Hoy arranca la subasta, la empresa solo pujará por beneficios para la fábrica mariñana
17 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Hoy, lunes, comienza la subasta eléctrica por los servicios de interrumpibilidad en la que participa Alcoa San Cibrao; cuantos más bloques consiga, mayores beneficios a cambio de ceder energía eléctrica en ocasiones excepcionales en caso de «apagones» para favorecer a la población. Las condiciones de la subasta son peores para la multinacional; la ventaja es que puja solo por bloques de 40 megavatios para la fábrica de A Mariña.
Son días un tanto especiales para el presente y el futuro de las plantas de Alcoa en España. El desarrollo de la subasta eléctrica hasta el viernes va a ser importante, en especial para la fábrica de A Mariña. Pero es que además quedan apenas quince días para conocer el futuro de las plantas de A Coruña y Avilés, en venta: se ha publicado que un grupo suizo, Parter, está interesado en adquirir ambas plantas. (Va a depender de muchos condicionantes que habrá que concretar, sobre todo el precio de la tarifa eléctrica: el principal).
Y está pendiente de conocerse todavía, no lo olvidemos, el contenido del Estatuto para las Empresas Electrointensivas. Se supone que ha de recoger algunas ventajas para las grandes empresas consumidoras de energía eléctrica, caso de Alcoa. De ahí que sean días trascendentales.
Habrá que ver cómo se desarrolla la subasta. Habrá que conocer el texto del Estatuto. Habrá que confiar en que haya algo positivo para que el futuro de Alcoa San Cibrao, que es lo que aquí importa, se despeje definitivamente. Ahora mismo no lo está.
De hecho, hay inversiones pendientes: la ampliación del muelle o, especialmente, la construcción de un nuevo embalse de lodos rojos, ya que el actual está a punto de rebosar y si realmente hay futuro, habrá que buscar una alternativa. Precisamente estas dos inversiones pendientes son las que hacen tener «la mosca detrás de la oreja» al comité de empresa.
Las inversiones pendientes son las que hacen tener «la mosca detrás de la oreja» al comité