Había nacido en Ferrol en 1869 y abandonó la carrera militar por periodismo
22 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.Adolfo Vázquez Gómez fundó la primera Logia Masónica y el Partido Socialista del Uruguay. Fue periodista, escritor, educador, activista. Era un tipo de carácter y personalidad, algo bohemio y aventurero. Tanto, que Rosario, su hermana -y abuela de Leopoldo Calvo Sotelo, el segundo Presidente de la Democracia Española- lo tildaba de «una oveja descarriada».
Había nacido en Ferrol en 1869. Tras estudiar el bachillerato en Lugo, por influencia de su padre, Manuel María Vázquez, un coronel que intervino en la guerra de Cuba, inició la carrera militar pero pronto la abandonó por el periodismo. A los 15 años era redactor de El Regional de Lugo y colaborador de Galicia Moderna de La Habana, La República de Madrid y El Combate de Barcelona, y a los 16, dirigía Galicia Liberal de Santiago. Su precocidad era grande y, al cumplir los 17 años, se afilió al Partido Republicano Federal y se implicó en el pronunciamiento de 1886 del general Manuel Villacampa ?natural de Betanzos- para implantar la República tras morir Alfonso XII y acceder al trono su esposa, la Reina Regente Mª Cristina. Pero el golpe fracasó y hubo de exiliarse en Portugal.
Allí prosiguió su oposición a la monarquía desde sus colaboraciones en prensa. Luego vivió en Francia, fue amnistiado tres años después y regresó a Betanzos, donde vivían sus padres. Colaboró con varios medios, presidió el Ateneo Obrero, el Centro Republicano y el Orfeón Eslava y se enamoró de Emilia Porto, hija de un médico masón. Quería casarse con ella pero se negó a abjurar de sus ideas para poder hacerlo, como le exigía el Arzobispo de Santiago. Así que emigró de nuevo, esta vez a Buenos Aires donde vivía su amigo, el insigne periodista lugués Manuel Castro López. Le había encontrado trabajo como redactor de un periódico. Pero no le fue bien y en 1893 marchó a Montevideo donde vivió hasta 1904.
Un bala perdida
En su etapa uruguaya, Adolfo Vázquez organizó la masonería -fue Gran Maestro de la logia Estrella de Oriente-, fundó el Partido Socialista y presidió la Asociación Liberal de Socorro Mutuo en Paysandú. Al tiempo, impartía conferencias por Europa y América y publicaba libros sobre la masonería, la Educación, el socialismo, el librepensamiento, etc. De vuelta en Buenos Aires, fue catedrático de Educación y director en 1924 de la revista Céltiga que luego dirigirían Picallo, Blanco Amor y el ribadense Eliseo Pulpeiro.
Adolfo Vázquez murió en 1950 en Montevideo y su nombre estuvo en el olvido largo tiempo. Hasta que un día, su sobrino-nieto, Leopoldo Calvo Sotelo, compró en una librería de viejo de Buenos Aires uno de sus libros y descubrió la gran personalidad y trayectoria de aquel tío del que nada sabía, que estaba silenciado y a quién su abuela calificaba de «bala perdida».
Años después, en 2003, ese sobrino ?que ya había sido Presidente del Gobierno- definió en su libro Pláticas de Familia a su tío como «un republicano cabal y un hombre de ideas» que «fue el primero de mis antepasados que alcanzó notoriedad pública».
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