La A-8, la autovía todavía incompleta

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

A MARIÑA

ALBERTO LÓPEZ

El tramo Guitiriz-Lavacolla lleva diez años en espera y carece de plazos

17 ago 2020 . Actualizado a las 07:51 h.

La A-8 lleva diez años de espera. El 2014 supuso la conclusión de los tramos pendientes en Galicia, Mondoñedo-Lindín y Lindín-Carreira, que permitían la conexión de la transcantábrica con la autovía del Noroeste (A-6) en Baamonde. Sin embargo, la llegada de la A-8 a Lavacolla (Santiago) fue acordada en marzo del 2010 en el Congreso de los Diputados, que aprobó una propuesta del diputado socialista Ceferino Díaz con ese contenido.

Dos días después de ese debate parlamentario, Antón Louro, entonces delegado del Gobierno en Galicia, anunció, en una visita a Guitiriz, que en breve plazo comenzarían los trabajos preliminares y admitió la necesidad de la obra. En la proposición se subrayaba la abundancia de tráfico pesado y la necesidad de conectar Santiago, Arousa y Barbanza con la cornisa cantábrica con una vía de alta capacidad, y Antón Louro comentó que la obra era de sentido común.

Desde entonces no se ha avanzado en el proyecto, ni se han concretado plazos o dotaciones presupuestarias para los distintos tramos. La A-8 sigue terminando en Baamonde, y el tráfico que se dirige de Guitiriz a Santiago tiene dos opciones. Una es seguir por A-6 hasta Guísamo y tomar la AP-9 hacia la capital de Galicia; la otra es salir de la autovía del Noroeste y continuar por la carretera Irún-Santiago (N-634). La primera tiene un recorrido de unos 20 kilómetros más e implica el pago del peaje Guísamo-Santiago (6,20 euros para turismos y 11 o 13,60 euros para las distintas clases de vehículos pesados).

Tramo de 51 kilómetros

El tramo Guitiriz-Lavacolla por la carretera N-634 es un recorrido de 51 kilómetros, con inicio en O Porto Vello, cerca del límite de las provincias de Lugo y de A Coruña, y con llegada en una rotonda próxima al aeropuerto. Según una comprobación realizada el domingo 9 con un viaje Lavacolla-Guitiriz, son necesarios 45 minutos para completar el trayecto.

El viaje obliga al conductor a pasar por una serie de tramos en los que la velocidad está limitada a 40, a 50 o a 70 por hora. Nada más iniciar el recorrido por la carretera nacional, en la que se entra por una rotonda, hay una limitación de 40 por hora en el núcleo de Amarelle (O Pino). Dentro de ese mismo municipio, la velocidad está limitada 50 por hora en los tramos que pasan por los pueblos de Gradamil y de O Marquiño.

También está la velocidad limitada a 50 por hora en Lanzá (Mesía) -en donde hay un cruce con la carretera AC-524, que comunica con Ordes-, así como en el cruce de Sesmonde (Vilasantar), en donde la intersección con la carretera AC-840 (Betanzos-A Golada) se resuelve con una rotonda.

Polígono industrial

Ya en el municipio de Curtis, la velocidad está limitada a 50 por hora en el núcleo de Teixeiro. Dentro de esta localidad hay además una limitación a 40 por hora, establecida en la rotonda por la que también pasa la carretera AC-231. Esta es la localidad de mayor entidad del recorrido. Por un lado, hay viviendas y negocios cerca del tramo urbano de la carretera, que además pasa al lado de un polígono industrial en fase de expansión: por ejemplo, Greenalia puso en marcha, hace meses, una planta de biomasa en una parcela de algo más de 100.000 metros cuadrados, e Inleit tiene una factoría en la que prevé tratar al día 700.000 litros de leche.

Área de descanso por iniciativa privada

La única área de servicio de la A-8 entre Carreño, municipio limítrofe con Avilés, y Baamonde está en una vía de acceso en A Xesta (Abadín). Funciona desde el pasado mes de diciembre, y su apertura fue promovida por el mindoniense Carlos Folgueira. En Barreiros y en Vilalba hay terreno reservado para sendas áreas de servicio, pero no se han dado pasos para su construcción. La de A Xesta tiene supermercado, gasolinera y cafetería.

Arreglos parciales del firme

El firme de la A-8 ha sido reparado parcialmente en las últimas semanas en algunos puntos. El estado de conservación es desigual de unas zonas a otras, y en varios puntos de A Mariña y de Terra Chá el deterioro era más acusado. Los trabajos llevados a cabo se han realizado incluso en carriles de acceso, como se puede ver en la foto de la izquierda: se reparó en Baamonde el firme de la autovía en un carril por el que se accede a la A-6, para circular en sentido Lugo, y a la A-8, para continuar el viaje en sentido Vilalba.

La zona de más altitud sigue sumando cierres por la presencia de nieblas

En los 16 kilómetros de la A-8 comprendidos entre Arroxo (Lourenzá) y A Xesta (Abadín) se pasa por el alto de O Fiouco (A Pastoriza), en donde la autovía alcanza los 698 metros de altitud. Esa es la mayor cota de todo el trazado y un lugar que se ha hecho famoso por los numerosos cortes de tráfico debido a la falta de visibilidad. Debido a la cercanía del Cantábrico, las nubes y la humedad acaban propiciando la abundancia de brumas, cuya consecuencia para el tráfico es el cierre de la autovía.

Cuando la circulación por la A-8 se interrumpe, la solución es el uso de la carretera N-634, cuyo arreglo reclamó en días pasados el Concello de Mondoñedo. El ayuntamiento mindoniense argumentó en su petición que la vía tenía deficiencias de firme y de señalización horizontal, y recordó además que el tráfico de la carretera volvía a ser importante cada vez que la A-8 se cerraba por niebla.

El Camino Norte y una prisión, cerca de la carretera

Hay tramos del Camino Norte, a su paso por el municipio de O Pino, en los que la ruta jacobea discurre muy cerca de la carretera. El itinerario que entra en Galicia por A Mariña y sigue por Terra Chá confluye con el Camino Francés en Lavacolla. La N-634 es la travesía principal de pequeños núcleos de los concellos de O Pino, de Frades y de Mesía, y el acceso a la prisión de Teixeiro se realiza por una vía que sale también de esta carretera.