Historia del Capredi uno, el último bou clásico del Cantábrico

Jose Pino

A MARIÑA

El Capredi Uno navegando por el puerto de Vigo, su último puerto base
El Capredi Uno navegando por el puerto de Vigo, su último puerto base CEDIDA

03 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El nombre procede de la silueta de las primeras embarcaciones consideradas de arrastre en el Mediterráneo, los veleros amarraban los extremos de la red en forma de copo o jábega en sus botalones de proa y popa para abarcar mayor superficie y a merced del viento mientras iban abatiendo iban pescando, desde tierra firme la silueta parecía una cabeza de buey por lo que fueron bautizados como bous, más tarde la red sería compartida por dos barcos en la primera aproximación a lo que sería un arrastre en pareja, esta modalidad es introducida en el Cantábrico por patrones valencianos. En nuestro país queda así designado todo arrastrero como bou.

Con la aparición del vapor fueron los barcos con su propia tracción quienes tiraban de la red, las puertas de arrastre a modo de cometas encargadas de abrir la red a lo ancho convirtió éste arte en la mas rentable y expandida a finales del siglo XIX y principios del siglo XX por cuanto permitía acceder a caladeros lejanos. Grimsby y Hull en Inglaterra son los principales puertos de la flota de arrastreros y de donde primero importamos nuestros “trawlers” tambien llamados “sidewinders” porque la red era largada e izada por la banda del barco expuesta al viento que facilitaba la maniobra. Las armadoras Mamelena, Mercader, Lerchundi, Freixas, Canosa, Ciriza, Lamigueiro, Domínguez Macaya y la Pesquera Malagueña son los primeros importadores de bous británicos y franceses.

El bou se caracteriza por el uso de uno solo de sus costados por donde largará y cobrará la red a mano hasta la llegada del copo que será izado abordo con sus capturas, el juego de pescantes será por tanto lateral a proa y popa, en los bous importados la banda de trabajo será la de estribor, con el tiempo se llegará a aprovechar ambos costados con dos juegos de pescantes facilitando la rapidez y alternancia de la maniobra. La red portará grandes esféricos de acero que les permitirá el arrastre por fondos duros donde la pesca más habitual será las especies de mayor calidad y precio, desde la merluza al besugo.

La adopción de puertas de arrastre en los pequeños vapores parejeros, sus pescantes en popa a babor y estribor, y sus pequeñas redes de arrastre para fondos arenosos, hacen que por similitud con los grandes bous sean bautizados como bakas.

El bou Capredi Uno

La construcción de bous se impone en la década de los setenta, son barcos clásicos muy poderosos capaces de rendir en los caladeros desde Terranova a Cabo Blanco.

El Capredi Uno es la construcción número 92 del astillero gijonés Maritima del Musel S.A. sobre la plantilla de 36.80 metros de eslora por 7.20 metros de manga, que forman la serie Albeal Primero con sus hermanos Ría del Burgo, Arríchu, Villa de Celanova, Villamanín, Alonso Vega, Pesmar, Pescamar y María Cristina. Desplaza 254 TRB y equipa un Deutz de 1200 HP a 380 r.p.m. que le da una velocidad de 14.14 nudos con un consumo diario de cerca de 4 toneladas de gas oil, siendo el más potente de la serie, monta además un motor auxiliar MWM de 320 HP para accionar la maquinilla de arrastre y un pequeño Beal de 42 HP para alumbrado.

Fue construido para los armadores Máximo CAstro, Manuel y Antonio PREgo y José DIaz Mariño, las primeras letras de sus apellidos conforman el nombre del barco, que fue entregado el 6 de diciembre de 1968 foliado GI-4-1786 y con señal de llamada E.A.R.Y. al tiempo que sus armadores se constituían en la sociedad Pesquera Galaica Astúr S.A. con sede social en San Sebastián, en 1973 encargarían el nuevo Capredi Dos algo mayor y más potente.

En 1974 el Capredi Uno es adquirido por la compañía armadora Rogelio Brión S.A. de Vigo, propietario además del arrastrero gransolero Robrisa.

La contingentación de las aguas europeas y la entrada en vigor de las doscientas millas dejó a muchas unidades de la flota sin su campo habitual de trabajo, la labor de unidades vascas en el Cantábrico equipadas con el arte del bou en caladeros compartidos con la bajura fue motivo de infinidad de conflictos que llevó a casi todas las unidades a la exportación o al abanderamiento en países terceros. El Capredi Uno se mantuvo en la década de los ochenta como la excepción a la desaparición de esta modalidad de arrastre en el norte de España, se dedicó sobre todo a la captura de jurel, especie en abundancia sobre fondos rocosos en aguas por fuera de las doce millas, las mismas zonas que utilizaban las flotas de Cedeira, Cariño, norte de Lugo y occidente asturiano para la pesca de merluza sobre todo con artes de volanta. La coincidencia de volanteros y el bou vigués en las mismas áreas llevó a éste a constantes acciones de roturas y pérdidas de las redes de enmalle de la flota costera.

En enero de 1980 el Marqués Cuervo de Cedeira denunció la pérdida de todas sus caceas en el caladero del Cementerio al norte de Ribadeo arrasadas por el Capredi tras ser avisado y no cesar el arrastre. En noviembre de 1984 fue detenido por el patrullero Mouro por conflicto con la flota local de Lastres. En marzo de 1988 la Cofradía de Cedeira emite denuncia firmada por 28 patrones de embarcaciones cuyo área de trabajo era el Pau da Luz, Potrero y As Paredes por acoso constante y daños de artes, la cofradía coruñesa llegó a calificar al Capredi ante las autoridades con la denominación de buque pirata.

El 2 de junio de 1993 sus armadores presentan paralización definitiva por desguace sin sustitución del que fue el último barco con la modalidad de bou clásico que trabajó en el Cantábrico.