En opinión de muchos expertos, en los próximos años, uno de los problemas de salud más importantes serán los relativos a la salud mental.
No hace mucho, cuando los pediatras, ocasionalmente, recomendábamos una valoración psiquiátrica a un niño, los padres (o incluso algunos profesionales) nos miraban con asombro. Pero, es bien sabido que los niños también pueden presentar problemas de salud mental. Y algunos de estos trastornos, pueden interferir de forma importante en la vida diaria del propio niño y de su familia.
Y, como los niños no son adultos pequeños, sus problemas de salud mental son bien diferentes de los que presentan los individuos adultos. Debido a esta realidad, los Servicios de Psiquiatría tuvieron la necesidad de polarizar a profesionales hacia la atención de los más pequeños, creándose Unidades de Psiquiatría Infanto-Juvenil.
Pero, como ocurre con otras facetas del saber médico, no existía un reconocimiento oficial de esta especialidad. Lo mismo ocurre con los médicos de Urgencias o con las especialidades pediátricas que, siendo verdaderos especialistas, no se les reconoce su especialidad.
Pero algo se está moviendo, y nunca es tarde. En este año 2021, las autoridades sanitarias han reconocido esta realidad y se ha aprobado la creación de una «nueva» especialidad médica: la Psiquiatría Infantil. Y los médicos pueden formarse en esta especialidad, accediendo a ella mediante el famoso «examen MIR» como a cualquier otra especialidad médica existente en nuestro país.
Pues bienvenida sea, porque este reconocimiento seguro que va a potenciar la asistencia a los niños que padecen un problema de salud mental. Aunque se tardará unos años en formar suficientes especialistas. Pero este es otro problema, porque tampoco se entiende que, con el altísimo paro juvenil y la gran necesidad de médicos desde hace muchos años, no se hayan formado más facultativos.
En fin, los equipos de salud mental infanto-juvenil, con psicólogos y psiquiatras infantiles, son imprescindibles. Porque los problemas de salud mental son tan importantes como los problemas de salud física.
Y hablando de salud mental, aprovecho para insistir que, los niños no deben exponerse a pantallas (móvil, tableta, televisión, etc...), ni mucho ni poco, en los primeros dos años de vida, y lo menos posible hasta los 4 años de edad.
*Manuel Silveira es Jefe de Pediatría del Hospital Público da Mariña