El cierre de Vestas frena en seco a la generación que da futuro a A Mariña

Lucía Rey
lucía rey VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

La pareja de la viveirense Iria de Fernández, operaria de Vestas de 31 años, trabaja en la planta de Aluminio de Alcoa San Cibrao, cuya continuidad también está en el aire
La pareja de la viveirense Iria de Fernández, operaria de Vestas de 31 años, trabaja en la planta de Aluminio de Alcoa San Cibrao, cuya continuidad también está en el aire xaime ramallal

El 70% de los empleados tiene de 30 a 50 años, y la mayoría tienen hijos e hipotecas

29 sep 2021 . Actualizado a las 13:26 h.

Buena parte de los 115 trabajadores de la fábrica eólica que Vestas tiene en Chavín, Viveiro, y sus familias se sienten en este momento como si hubiesen tenido que frenar en seco tras encontrar en el medio de la carretera un muro con el que nadie contaba. En cuestión de minutos, el pasado lunes pasaron de vivir «tranquilos» a soportar la pesada carga que supone un despido inminente. Y más cuando alrededor del 70% de los operarios, según datos del comité, tiene entre 30 y 50 años, por lo que está muy lejos de la jubilación; cargas familiares (hijos o mayores) e hipotecas. «Hai algún traballador que ten menos de 30 anos e un par deles cerca dos 60, pero a maioría están nese tramo no que se constrúe a maior parte da vida», señala el presidente del comité, David Mariño. En torno al 50% de los afectados son de Viveiro, pero también hay gente de Ortigueira, Cariño, Cedeira, Ferreira do Valadouro o Celeiro de Mariñaos (Barreiros).

Sobre todos se cierne un futuro muy incierto puesto que, si finalmente el cierre se lleva a cabo, las oportunidades de encontrar otro trabajo en la comarca en el sector industrial son casi inexistentes. Más ahora cuando la continuidad de la planta de Alcoa en San Cibrao pende de un hilo.

Leopoldo Amado, de 40 años y natural de Ortigueira, teme perder su empleo en la fábrica de Chavín. Tiene dos hijos pequeños y una hipoteca
Leopoldo Amado, de 40 años y natural de Ortigueira, teme perder su empleo en la fábrica de Chavín. Tiene dos hijos pequeños y una hipoteca xaime ramallal

Leopoldo Amado, electricista de 40 años: «No medio da vida laboral o peche da fábrica na que levo cinco anos é un golpe moi duro»

Leopoldo Amado, de 40 años, es uno de los electricistas que trabaja montando los cuadros de control para aerogeneradores que se producen en la fábrica de Vestas. Natural de Ortigueira, antes de entrar en la multinacional danesa, en la que lleva contratado un lustro, trabajó durante doce años en diferentes parques eólicos. «No medio da vida laboral o peche da fábrica na que levo cinco anos é un golpe moi duro», explica entre la calma y la tristeza el hombre, que ya vivió una situación muy complicada cuando cerró la empresa eólica Barlovento, de Ferrol. «Pero é distinto porque aquela deu quebra, e Vestas pecha por unha decisión empresarial», razona Poldo. «Na Mariña vamos camiño de Ortigueira, onde non hai nada, ningunha industria», lamenta. Casado y con dos hijos (uno de 11 meses y otro de 8 años), pagando una hipoteca y con su mujer trabajando a media jornada para poder afrontar el cuidado de los pequeños, vislumbra el futuro con bastantes incertezas.

Iria Fernández, operaria de montaje de 31 años: «A miña parella e máis eu acabamos de comprar unha casa en Galdo e agora temos a vida paralizada»

Iria Fernández, de 31 años, y su pareja, de 33, son uno de los ejemplos más claros de cómo el cierre de la fábrica de Vestas puede afectar al futuro de toda la comarca de A Mariña. Ella lleva tres años trabajando en el montaje de paneles de control de aerogeneradores en la factoría de Chavín. Él trabaja en la planta de Aluminio de Alcoa en San Cibrao. Juntos están empezando a dar forma a unos sueños que incluyen tener una vivienda propia, hijos algún día y seguir viviendo en unas condiciones dignas en su tierra natal. Sin embargo, las decisiones de dos multinacionales que se rigen por pautas a años luz de la realidad humana tienen en el aire su presente, pero sobre todo su futuro. «A miña parella e máis eu acabamos de comprar unha casa en Galdo e agora temos a vida paralizada», apunta la mujer, y advierte: «Se non fan nada por que se manteña a industria non imos poder facer nada, teremos que marchar... O comercio irá despois porque non haberá cartos para nada, e así todo...».

Solo 15 de los 115 empleados de la factoría son mujeres

Prueba de que el sector industrial de A Mariña continúa muy masculinizado es que solo 15 de los 115 empleados que tiene la multinacional eólica Vestas en Chavín son mujeres. De ellas, en producción trabajan «unhas cinco ou seis», según el comité, mientras que el resto están en la parte de oficinas, ingeniería, etcétera. Los operarios de la fábrica reconocen que las condiciones laborales y salariales que tienen son buenas, y rechazan de plano un cierre provocado por el mercado global. Destacan que los balances económicos de la fábrica son positivos -la propia dirección de Vestas reconoció al dar a conocer el cierre que da beneficios- y que tanto la tecnología que emplea como los paneles de control que fabrica para generadores de gran tamaño (on-shore y off-shore) están a la vanguardia.

Jaime Fernández Villar (xefe dpto. Electricidade do IES María Sarmiento de Viveiro): «No seu día na Mariña nin os cidadáns nin os gobernantes reivindicamos empresas para que houbera alternativas»

En torno á metade dos 115 traballadores que están contratados na fábrica de Vestas en Chavín teñen o título de electricista. De aí que o departamento de Electricidade de institutos como o IES María Sarmiento, de Viveiro, que nas últimas dúas décadas formou a cantidade de traballadores dunha factoría á que cada curso envía alumnos en prácticas, se convertan en bos oráculos do que pode acontecer na zona se non hai volta atrás no peche, como se desprende das palabras do profesor e xefe de departamento, Jaime Fernández Villar.

-Como pode afectar o peche da fábrica de Vestas a ensinanzas que se imparten na comarca como os ciclos de electricidade?

-A moi curto prazo, un ano ou dous, non debería ser negativo porque xente que se queda na zona e ten dereito a unha prestación por desemprego podería conectarse ó sistema educativo e reciclarse ou facer unha formación que por circunstancias antes non puido facer, como un ciclo superior ou mesmo medio. Pero pasado ese tempo todo é negativo porque en Vestas temos moitísimos alumnos cunha media de idade de trinta e pico de anos que están empezando unha vida con cargas familiares, hipotecas...

-A maioría dos afectados lamenta que na comarca non haxa alternativas laborais no sector da industria...

-Na Mariña, nós como cidadáns non reivindicamos e os nosos gobernantes tampouco se preocuparon de buscar pequenas e medianas empresas que se ubicaran nos polígonos industriais da comarca para que haxa unha alternativa a empresas que poden ir pechando ou marchando a outras cidades ou países. Todo está enfocado a depender do turismo.

-Ve viable vivir do turismo na Mariña?

-É imposible porque aquí o turismo é estacional, de mes e medio. O peche de Vestas o único que vai traer é un desastre. A medio prazo o que vai facer é baixar poboación e que a xente se vaia buscar a vida fóra do entorno. E falamos agora de Vestas, pero o futuro de Alcoa e doutras empresas tampouco está claro, e pode ser un desastre. Estamos falando de empresas que xa tiñan unha traxectoria consolidada no Concello, con moita xente nova empregada, con postos de traballo nos que levaban moitos anos... E cómodos no sentido de que traballaban a turnos e a xente estaba moi contenta porque iso permíteche conciliar unha vida. Por iso é todo tan negativo.