La exploración de mina Consuelo bajo tierra y ahora también bajo el agua

Yolanda García Ramos
yolanda garcia A PONTENOVA/LA VOZ

A MARIÑA

CEDIDAS POR GEOCEANIC Y CLUB REI CINTOLO

Este sábado se presenta en A Pontenova el proyecto topográfico realizado que descubrió que es «la segunda cavidad más grande de Galicia» después de Rei Cintolo

29 mar 2022 . Actualizado a las 13:57 h.

Este sábado 26 se va a presentar en la Casa da Cultura de A Pontenova, a las 20.00 horas, el proyecto «Mina Consuelo. A aventura de topografiar a segunda ‘cavidade' máis grande de Galicia». La primera es Rei Cintolo en Mondoñedo. Ello según la memoria resultante de los trabajos realizados hasta ahora en la joya pontenovesa, con mucho por descubrir aún y después de que hace casi cien años finalizara allí la actividad industrial minera. Hoy en día es también la primera mina antigua gallega abierta al público (de momento niveles cero y -1). Un equipo dirigido por Xurxo Lorenzo, que dedicó más de 600 horas a la labor y contó, entre otros, con Javi Fouz, Ramón Fernández y Carlos Pardo además de espeleoclubs gallegos y de otros puntos de España, topografió 3.086,20 metros. En la memoria se enumeran tres niveles superiores, cinco inferiores y siendo «moi probable a existencia dun nivel -6». Algunos experimentan inundaciones temporales o permanentes, que se asociarían más a la existencia de un acuífero que a la cercanía del río Eo, según concluyeron, viendo la necesidad de contar con espeleobuceadores para ir más allá.

CEDIDAS POR GEOCEANIC Y CLUB REI CINTOLO

A mediados de febrero, acompañados por el espeleoclub Rei Cintolo y pontenoveses que se sumaron al apoyo logístico, alrededor de una veintena de pesonas, miembros de los club de exploración y actividades subacuáticas Geoceanic (Premio Espeleo 2020) y Geoda llegaron a «niveles nunca vistos» de Mina Consuelo. Del primero, explicaba Víctor Porto, uno de los dos expertos que descendió, «logramos llegar hasta la galería -5, cien metros en dirección norte y otros cien sur». Con visibilidad prácticamente nula: «Había tramos en los que se veía algo, intuías las paredes pero a la vuelta se veía cero, nada. Por la luz de la linterna se apreciaba como una capa de niebla, como una nube, en el agua. Es posible que sea por el ácido sulfhídrico, que se produce por descomposición de materia orgánica pues había bastante madera. Me pareció curioso». «Son todo hipótesis pero la idea es volver cuando podamos, ver hasta donde llega el nivel -5 y encontrar el nivel -6 que se supone que saldría hacia donde están Os Fornos», dijo aludiendo a la memoria de Xurxo Lorenzo. «Es uno de los objetivos finales, pero justo en esa salida _añade_ tendría que haber, en dirección opuesta, otra mina, con lo que sería mucho más grande el complejo. Si ellos no hubiesen entrado antes no se hubiese descubierto nada. Es lo importante, porque si no hay topografía no hay cueva».

Víctor Porto, espeleobuceador de Geoceanic: «Es enorme y espectacular por las formaciones»

Natural de Negreira pero afincado en Madrid desde hace unos diez años, Víctor Porto, junto a Carlos Holgado, del club madrileño Geoceanic, hace aproximadamente un mes pudo descender a «niveles nunca vistos» de la mina Consuelo. Pese a ser solo dos los que bajaron a esas áreas inundadas, fue necesaria ayuda, incluso de los vecinos de A Pontenova, subraya, para el transporte del material al lugar: «Para que buceen dos personas hacen falta cuatro o cinco sacas, al llevar algún material por triplicado, siempre por seguridad y porque en ese caso no sabíamos lo que había».

—¿Era la primera vez que entraba en Mina Consuelo?

—Sí. Fernando Debesa, que es el amigo en común, el nexo entre Xurxo Lorenzo y nosotros, ya me dijo que tenía que ir allí bucear, sobre todo porque querían saber qué había desde el nivel -4 hacia abajo. Cuando fuimos nosotros, el acceso del -4 al -5 ya estaba completamente inundado. La -5 en verano se vacía un poco, queda semiinundada, dejando como un metro de aire entre la galería superior y el agua según nos cuentan. Quedaría la -6, que se supone que existe.

—¿Cómo fue la experiencia?

—Diferente, porque aunque hemos buceado en minas en Madrid, esta es muy amplia. Mucho más. La galería -5 tiene como unos diez o doce metros de altura, según los datos que topografió Xurxo Lorenzo y su equipo. Hablando con él, es muy parecida a la parte de arriba y en la misma dirección. De hecho, cuando accedemos, accedemos a lo que llaman ‘puente de roca' que serviría para apuntalar naturalmente la mina. La galería principal va recta pero luego se corta perpendicularmente. Por lo que vi, la mina es enorme y espectacular por las formaciones.

—Si ya entrar en una mina tiene un punto claustrofóbico, hacerlo buceando imagino que lo es más.

—Nosotros lo hacemos por afición, porque nos gusta. Estamos habituados a ello. Como la mina es enorme, no es que sea claustrofobia, es más por la visibilidad y sobre todo cuando vas a algo que no conoces. Además, en general, las minas suelen ser bastante inestables. Los mineros cuando marchan suelen llevarse casi todo pero esta lo bueno que tiene es que conserva su apuntalamiento natural, aunque tiene ciertos derrumbes de paredes en el este, pero en el oeste son muy lisas y no están casi derruídas.

—¿Qué más destacaría?

—La gente del pueblo, que nos acogió muy bien. Creo que la gente en general va entendiendo el trabajo que haces, pero en otros lugares cuesta más.