«La generación de hierro» esconde el secreto de la longevidad en Foz y Barreiros

lidia fernández FOZ / LA VOZ

A MARIÑA

Vivieron una guerra, pasaron hambre y tienen entre 103 y 108 años, cerca del mar parece estar la mayor esperanza de vida

20 abr 2024 . Actualizado a las 19:06 h.

¿Cual es el secreto de la longevidad? Quizás deberíamos preguntárselo a Josefa Pico, que a sus 107 años acaba de recibir el homenaje del Concello de Foz por ser su vecina más longeva.

Oriunda de Cangas, sigue viviendo en el lugar que la vio nacer y superar las cien primaveras. A pesar de sus años, goza de buena salud. Y dejando de lado las limitaciones propias de la edad, hace una vida prácticamente normal. «Cando lle levamos as flores amosou moito respecto, tanto polo alcalde, coma por min. É moi educada e estaba moi lúcida», confirma Ana Rojo, concelleira de Servicios Sociales y Familia.

Pero la historia de Josefa no es la única. En todo el municipio de Foz se contabilizan 6 personas mayores de cien años. Y Cangas tiene la mitad de esos vecinos centenarios. Pero si revisamos las cifras de focenses que superan los noventa años estas no se quedan atrás. Hay 77 personas mayores de 90 años en todo el municipio; 35 que superan los 95 años y 5 que se encuentran rozando la centena.

¿Cómo se explican estos datos? ¿Es Foz, como parece, el concello mariñano con mayor esperanza de vida? Pues a nivel porcentual, y teniendo en cuenta estos datos, no sería de extrañar. Si bien es cierto que la demografía actual presenta un panorama de envejecimiento general de la población, y especialmente en Galicia, no dejan de sorprendernos estas cifras. Y es que para un municipio que ronda los 10.000 habitantes, el porcentaje de nonagenarios y centenarios es, sin duda, elevado.

Las mujeres son las que más esperanza de vida presentan. En Foz solo un hombre se escapa de la norma. De los 6 centenarios, 5 son mujeres. «E todas elas foron moi traballadoras. Dedicaron toda a vida a traballar, na casa e no campo. E foi unha xeración que pasou por momentos moi duros», reflexiona la edil de Servicios Sociales. «Viviron os peores momentos da posguerra. Pasaron fame e moitas carencias, e aí seguen, ao pé do cañón», añade.

Sin duda, la «generación de hierro» conoce el significado de la palabra resiliencia. Este grupo de mujeres y hombres desafiaron las reglas de la naturaleza y contra todo pronóstico superaron las adversidades para llegar a tener una vida plena.

«Eu non sei cal será o segredo da lonxevidade nin por que a xente de Cangas adoita vivir tantos anos. Pero o que sei é que estas xeracións tiñan outra maneira de ver a vida e afrontar as dificultades», añade Rojo. «Agora non aguantariamos nin o primeiro asalto. A xeración dos nosos avós estaba feita doutra pasta, teñen outra actitude. Non se queixan do que non poden cambiar», afirma.

Y si alguien tiene mérito son todas estas mujeres, que lucharon por conseguir la igualdad de derechos y tuvieron que sobrevivir en un mundo de hombres. Y han podido ver con sus propios ojos el resultado de su esfuerzo. Como el derecho al sufragio, que una de estas centenarias focenses no está dispuesta a perderse. «Eu teño constancia dunha señora de cen anos que xa ten preparado o seu voto para ir depositalo este domingo».

Ella es el paradigma de la generación más resiliente de la historia, y que sin duda es todo un ejemplo a seguir. «Son os heroes vivos que temos que coidar e protexer todos os días», concluye.

Xaime Ramallal

Antonia Pernas, barreirense residente en Lourenzá, la abuela de A Mariña a sus 108 años

Antonia Pernas Pernas es, salvo sorpresa mayúscula, la «abuela de A Mariña», con sus 108 años cumplidos en diciembre. Esta barreirense, natural de As Eiras, reside desde hace años en Lourenzá. Su último cumpleaños fue muy especial, porque la cita le permitió reunir a sus nietos —Pili y Luis Miguel— y algún bisnieto (tiene tres). Y es que como comentó entonces en un reportaje publicado en La Voz de Galicia, María Luisa Pernas, la familiar que propició la reunión, sus nietos son un pilar fundamental de Antonia Pernas: «Criounos, por iso son tan especiais para ela».

Apuntaba entonces María Luisa que Antonia, a sus 108 años, disfrutaba haciendo sopas de letras: «E ata debulla nas fabas!».

La vida de esta centenaria no fue un camino de rosas. Se dedicó a ejercer como modista y a coser por las casas, además de colaborar en todas las tareas domésticas. «Era filla de moza e foi unha muller moi traballadora, sempre moi loitadora e sacou para adiante aos netos», comentaba María Luisa.