Hemeroteca: Luis Vizoso, el estafador de Viveiro al que mató la policía de Batista, y otros emigrantes delincuentes

Martín Fernández

A MARIÑA

El cuerpo de Luis Vizoso yace en la acera de Miramar tiroteado por la policía.
El cuerpo de Luis Vizoso yace en la acera de Miramar tiroteado por la policía. ARCHIVO FOTOGRÁFICO DE MARTÍN FERNÁNDEZ VIZOSO

Memoria de mariñáns, por Martín Fernández Vizoso

16 jul 2023 . Actualizado a las 16:25 h.

La policía de Batista —la misma que lo mató a tiros en La Habana cuando se disponía a cobrar una extorsión a un inspector de Hacienda— tenía abierto un expediente contra él desde julio de 1950. Era el número 593 y decía que se llamaba Luis Andrés Vizoso Blanco, vivía en el apartamento 204 de la calle San Francisco 265, en El Vedado, y había nacido el 13 de mayo de 1903 en Quiebra Hacha, municipio de Mariel, hijo de Ramón y Generosa. El informe lo describe soltero, pelo negro, 1,66 de altura y 68 kilos de peso y dice que su profesión, según su cédula de identidad, era «piloto aviador». Años después, el periodista Xosé de Cora precisó que sus padres eran Ramón Vizoso y Generosa Docal, naturales de San Pedro de Viveiro, y situó la fecha de su nacimiento en 1913.

Sus padres eran retornados de Cuba y el muchacho empezó trabajando como limpiabotas en un céntrico bar de Viveiro antes de marchar, al inicio de la 2.ª República, a Barcelona. Allí se introdujo en la delincuencia y conoció por primera vez una cárcel. Al salir, cambió sus apellidos —dejó de llamarse Vizoso Docal—y marchó a Cuba donde se integró en una banda que se dedicaba a robar, estafar, falsificar dinero, arreglar apuestas, etcétera en diversos países de América.

El libro Fauna nocturna —publicado en Editorial Letras Cubanas por Javier Morán— describe la vida de Leonardo Velasco —policía y alto cargo del Buró de Represión de Actividades Comunistas— y relata distintos casos policiales y el panorama de corrupción política y moral del último gobierno de Batista. En él se dice que Vizoso «extorsionó a Luaces, le pidió 35.000 pesos a un hombre que no es rico, ni tiene padres ricos, ni mujer rica y que gana ciento y pico al mes» y se destaca que «era un hombre de Paco Frío» que participaba en tramas con altos cargos del Estado en las que «todos cogían dinero por debajo de la mesa» y que, según Morán, «eran capaces, en dos o tres años, de alzarse con varios millones». 

Chantaje y tiroteo

Vizoso participó en muchas acciones delictivas en Cuba, México y España adonde regresó huyendo de un asesinato que cometió en México. Su currículo era tan amplio que en el libro Archivos confidenciales de Cuba, de Esteban M. Beruvides, se dice que «era un individuo con antecedentes tan extensos como un rollo de papel higiénico». Pero el 6 de junio de 1955 todo acabó para él. Días antes, —en compañía de Ángel M. González Varona, Antonio Corominas y Ernesto Castaño— había amenazado de muerte al inspector del Ministerio de Hacienda, Luis Linares Mesa, si no les entregaba 15.000 pesos. La policía de Batista, con Velasco al mando, esperó a la banda en el lugar acordado para recoger el dinero y, cuando el propio Vizoso se acercó al chantajeado, una ráfaga de balas acabó con su vida. Su cadáver quedó sobre la acera en el cruce de la 7.ª avenida con la calle 54 del exclusivo barrio de Miramar. Acababa de cumplir 42 años.

Policía de Batista en La Habana 1957.
Policía de Batista en La Habana 1957. ARCHIVO FOTOGRÁFICO DE MARTÍN FERNÁNDEZ VIZOSO

Un bígamo, el homicida de una prostituta y un negro que amaestraba gorriones en la cárcel de Ferrol

No se estudió mucho la delincuencia entre emigrantes en Cuba. Ni la de quiénes, habiendo infringido la ley, huyeron a uno u otro país. Un caso singular fue el del negro Marcos Vigo. Su historia la publicó La Voz el 21 de agosto de 1906. Días antes, había fallecido en el Hospital de El Ferrol un cubano que asesinó en La Habana, para robarlo, al capitán de la goleta en la que era marinero. Para hacer creer que naufragara, barrenó el barco, lo hundió y huyó a España. Aquí, se dio a la gran vida un tiempo. Pero pronto se conoció su fechoría y fue detenido. Pasó seis años en la cárcel y, al final, fue condenado a muerte. Pero él nunca se preocupó por la pena impuesta. Siempre estaba alegre y comunicativo. Sólo vivía para adiestrar gorriones. Tenía tal maña que, cuando los pájaros escuchaban su silbido y su melodiosa voz, volaban desde el tejado del penal y se posaben en su cabeza. Eso lo hizo popular y querido. Pero la tisis acabó con su vida y murió entre el afligimiento de sus compañeros presos.

En el libro Los criminales de Cuba se recogen casos de gallegos que estuvieron al margen de la ley a principios del siglo XX. Uno fue Félix Rocha Martín, hijo de Ramón e Isabel, preso por hurto y estafa. Otro, encarcelado y deportado, José Teijeiro López, Cachucha, de 30 años, que mató a Rosa Costans, La Roseta, dueña de una casa de meretrices. Vicente Rey Galdo, de 22 años, guadañero (marinero), detenido por contrabando y Luis Gregorio Alonso, por falsificar recibos de contribuciones. O José Boentes, condenado a 15 años en Ferrol por matar a un hombre, fugado del penal y de España y bígamo en Cuba: aquí se casó con Pilar Hermida y allí con Concepción Rada...

Casino del Hotel Nacional en 1958.
Casino del Hotel Nacional en 1958. ARCHIVO FOTOGRÁFICO DE MARTÍN FERNÁNDEZ VIZOSO

Asesinó al jefe de la Policía Judicial Cubana y huyó a España

Las acciones delictivas y criminales de Luis Vizoso Blanco no se limitaron a Cuba. El Diario de La Marina del 14 de agosto de 1948 —bajo el titular «Huyeron de México los autores de la muerte de Cucú»— da cuenta, a través de una noticia fechada en México el día anterior, que «El periódico El Universal publica hoy una información diciendo que tres de los autores del asesinato del ex segundo jefe de la Policía Judicial Cubana, Rogelio Hernández de Vega, hecho ocurrido en el Consulado de Cuba el 16 de julio pasado, han logrado escapar de México por el puerto de Veracruz a bordo del transatlántico español Marqués de Comillas. Los supuestos autores que dice el diario que han escapado son Sandalio Herminio Díaz García, Mario Campuzano Cruz, Laureano Alvarez Hernández y Luis Vizoso Blanco. Según el mismo periódico, la criada del Consulado cubano, Albertina Álvarez López, así como el cónsul cubano, Raúl Vianello, y la viuda de Hernández Vega tambien se encuentran fuera de México, por lo cual la investigación judicial del caso prácticamente se ha paralizado en la Corte Penal del Tercer Distrito, debido a la ausencia de testigos y acusados».

Cuatro años después, la banda operaba en España pues el semanario El Caso informó en 1952 que dieran un golpe en un banco de Oviedo que consistió en cobrar cheques falsos por valor de 310.000 pesetas. La magnitud de la operación puso en alerta a la policía que los persiguió, consiguió impedir una nueva estafa en un comercio textil y los detuvo. Les incautó obras de arte, un coche valorado en 350.000 pesetas y cheques falsificados por valor de 13.000 dólares. Como consecuencia de ello, Luis Vizoso estuvo un tiempo en la cárcel de Carabanchel pero en la operación no cayeron todos. Mario Campuzano Cruz, por ejemplo, se salvó pues el número 282 del BOE del 25 de noviembre de 1959 publicó una requisitoria contra él por «estar reclamado por estafa en la causa número 73 de 1952». El boletín decía que era hijo de Luis y María, naturales de Coli Valle, en Colombia, y que tenía 38 años y su domicilio en la calle Fernández de la Hoz 62, en Madrid.