Solo hace falta darse un paseo por las calles de cualquier ciudad o incluso pueblo para percatarse de que algo está pasando. Escaparates y tiendas de moda acaparan desde hace semanas los ojos de cientos de personas, llevadas por la «fiebre del rosa», que domina no solo las pasarelas internacionales, sino también los espacios públicos a pequeña escala.
Y es que ante el reciente estreno de la tan esperada Barbie el pasado 21 de julio, la que ya es considerada como la película del año para muchos, el rosa se ha hecho un imprescindible en el armario de muchas. Prueba de ello son las colecciones que han sacado algunas de las principales marcas textiles, que se han subido al carro anticipando un éxito indiscutible de la película. Y han acertado. El rosa es, definitivamente, el color de la temporada. Y del año.
Pero esta no es la única consecuencia del estreno de la película más anticipada del verano, y que ha tenido en vilo a miles de personas desde que se anunció su rodaje. Aún más, desde que se descubrió la guinda del pastel. Que Margot Robbie sería, finalmente, la escogida para interpretar a la muñeca de plástico con la que creció una generación, y que hizo posible que muchas creyeran que el mundo era suyo. «Barbie era todo. Ken sólo Ken». Con este alegato, que resuena también en el tráiler del film dirigido por Greta Gerwig, se resume a la perfección la intencionalidad de la película, que no es otra que revertir los tradicionales roles de género haciendo uso de la ironía y del tono satírico. El trasfondo de la película está claro. Por eso no está recomendada para menores. Es más bien una especie de homenaje a todas esas niñas (y niños), que jugamos con esas muñecas y soñábamos que podríamos ser y convertirnos en lo que quisiéramos.
Ahora, las salas de cine están viviendo su mejor temporada en años gracias al tándem compuesto por Oppenheimer y Barbie, que se estrenaron el mismo día con una gran acogida por parte del público. Y Viveiro no iba a ser una excepción. Los trabajadores de los cines de esta localidad confirman que llevan una semana muy buena, y esperan que siga así unos días más.
La rivalidad entre estas películas es especialmente visible en el público que tienen y en la ropa que usan. En redes sociales son frecuentes las bromas con el outfit escogido para cada una de ellas. El todo al rosa por Barbie; y el rollo oscuro y algo vintage por Oppenheimer.«Eu fun cun vestido rosa, que era o máis parecido que tiña á roupa de Barbie», afirma una chica que este fin de semana estuvo en primera fila disfrutando de la película. Y es que una gran mayoría decide caracterizarse como este personaje y meterse por completo en el papel de la muñeca que fue símbolo de un nuevo feminismo.
«Cando xogabamos coas barbies podíamos ser quenes quixéramos», afirma una joven que todavía conserva algunas de sus muñecas «por pura nostalxia». «Ken era só un complemento máis», bromea otra. Pero si hay algo en lo que coinciden todas es en la repercusión que esta muñeca tuvo en sus vidas, y que sin duda marcó su infancia y primera juventud.