El desplazamiento en ferrocarril casi cuadriplica el tiempo que se emplea en coche. En unos días, el AVE pondrá a la capital asturiana más cerca de Madrid que de Galicia
30 oct 2023 . Actualizado a las 12:51 h.¿Tiene sentido en pleno siglo XXI un ferrocarril que tarda cuatro horas y media en hacer un recorrido que en coche se hace en hora y veinte? ¿Lo tiene aunque sea una piedra angular que vertebra la cornisa cantábrica? Esa es la realidad que pesa sobre el tren de Feve de la costa, que languidece sin apenas pasajeros ni frecuencias. Por tener, a menudo ni tiene revisor, de modo que se viaja gratis.
La que sigue es la crónica de otro trayecto, de León a Ribadeo, con escala obligada en Oviedo. El primero de los trenes, para un recorrido regional de media distancia, es un convoy de máximas prestaciones, impoluto, con todos los servicios. Sale a las 9.25 horas de León y tras dos horas y media llega a las 11.58 a Oviedo. El precio del billete es de 10.35 euros. Máximas prestaciones, absoluta comodidad, pero una evidencia: hay 13 pasajeros para una sucesión de vagones y 258 plazas. Causa perplejidad y desdén ver la cantidad de asientos vacíos.
Llegados a Oviedo, toca esperar. Hora y media por delante para tomar algo o para una acelerada visita por la capital del Principado. El tren con destino a Ribadeo sale a las 13.59 horas y el billete cuesta 12.45 euros, más tres euros si se lleva bicicleta. Pronto, al subir, se comprueba que la bici no será un problema por falta de espacio. El tren se limita a un único vagón locomotora (en apariencia un automotor diésel hidráulico 2900), con 28 plazas, pero serán sin duda suficientes. Es sábado y sube a bordo un revisor, que se encarga de comprobar los billetes de los escasos pasajeros presentes y de cobrar a los que, en adelante, subirán en las paradas. En el momento de partir hay ocho en total. Espera un viaje de casi cuatro horas y media hasta Ribadeo, para hacer un recorrido que en coche se cubre en menos de hora y media. La llegada está prevista para las 18.28 horas.
Arranca el tren y comienza el rosario de paradas. A la hora, apenas se ha salido del centro de la región. A las 15.56 horas aparece Cudillero, al fin el occidente astur a un paso. Pero hay que esperar a las cinco de la tarde, tres horas en el tren, para llegar a Luarca, que está en coche a poco más de 45 minutos de Oviedo. 17.39: Navia. Ya se respira Galicia. Apenas han subido pasajeros. Sus rostros, su gesto aburrido y un tanto resignado hace pensar que se trata de viajeros habituales.
Un tren del siglo XXI con tiempos del siglo XIX
El tren nos lleva por Vegadeo y al fin aparece Ribadeo. Pasan de las seis y media de la tarde cuando se detiene en la estación. El tren, para viajar a Oviedo se confirma como la última opción. Su razón quizás sea comunicar los pueblos, a modo de un cercanías, ¿pero se puede hacer con solo dos viajes al día? La alternativa de transporte público la supone el bus. El panorama no es mucho mejor, aunque su popularidad es muy superior. Son tres horas y cuarto de viaje desde Ribadeo a Oviedo, en Alsa, con 52 ó 71 paradas, según el viaje. Pero en este caso sí hay un número amplio de frecuencias, con salidas de la estación ribadense a las 5.45, 8.00, 11.00, 13.30, 16.00 y 19.00 horas. Seis horarios diferentes de viaje. Es sensiblemente más caro que el tren: el billete cuesta 17.45 euros.
La paradoja es que es noviembre entrará el servicio el AVE que comunicará Oviedo con Madrid. Para los residentes en A Mariña será la estación más cercana para subirse a la alta velocidad ferroviaria. El viaje en AVE de Oviedo a Madrid durará 3 horas y 12 minutos, hora y cuarto menos que recorrer en el tren de Feve los 134 kilómetros que separan Ribadeo de Oviedo por la A-8. Ese es el drama estructural del tren de la costa, un ferrocarril del siglo XXI con tiempos del XIX, sin pasajeros ni frecuencias, la pescadilla que se muerde la cola.