Pandemia, negocio de mascarillas y derivadas

A MARIÑA

27 feb 2024 . Actualizado a las 13:08 h.

Una pandemia en pleno primer tercio del siglo XXI ha sido junto con la guerra uno de los acontecimientos que recuerdan la historia escrita y analizada del pasado siglo XX. Suelo ponerle como música de fondo a tales reflexiones aquel inolvidable tango «Cambalache», pues no solo es hermosa melodía, su letra sigue estando de rabiosa actualidad.

Como exprofesor asociado por oposición en la disciplina de Salud Pública por la Universidad Pública Vasca, sigo buscando estudios epidemiológicos completos sobre la cadena epidemiológica de la infección, morbilidad y mortalidad; efectos multidisciplinares de la enfermedad infecciosa pero también social.

Dentro de las derivadas hay alguna que llevo peor que otras. Mientras las gentes se morían, los sanitarios luchaban jugándose su propia vida, nuestros mayores eran las víctimas más débiles, o nos aplicaban normas en que perdíamos nuestras libertades constitucionales con abusos desde aquellas imágenes televisivas donde sobraban uniformados y faltaban expertos en salud, algunos golfos aprovecharon la coyuntura para enriquecerse ya fuera con mascarillas, equipos de protección y vayan ustedes a saber con qué más...

Suelen cometerse por lo menos tres errores. El ventilador. Las comisiones parlamentarias de investigación. Usar la noticia para tapar otras de calado político. Y así de victoria en victoria hasta la derrota final del propio sistema democrático pervertido por la partitocracia.

Vuelvo a leer los Diálogos de Platón. «¿Agradar al pueblo o educarlo en la virtud?». Para Platón la retórica era la sombra de la política, que a diferencia de aquella era un arte. Ante nuestra situación actual, la crítica de Platón sigue siendo válida y su visión de la política como arte merece una nueva consideración. Para Platón los políticos debían no solo convencer, sino forzar a sus ciudadanos a ser mejores: Y dos virtudes: cultos y decentes. Que un político nos diga que es honesto, no nos garantiza nada, debe demostrarlo. Hoy escuchaba a Susana Díaz exlíder de los socialistas andaluces y rival democrática de Sánchez con prudencia y elegancia pero con una valoración que me impactó. ¿Cómo es posible que un tipo del perfil humano y profesional del tal Koldo García Izaguirre haya llegado desde la portería de un prostíbulo a ser asesor de ministro y Consejero de Administración de Renfe? ¿Y hasta ahora nadie reparó en el negocio de las mascarillas por diferentes espacios ministeriales y territoriales?

Volvemos a lo de siempre. ¿Este escándalo tapará alguna maniobra política tipo amnistía? ¿Cuándo se exigirá en los cargos públicos lo que se exige a los funcionarios, médicos, directivos en empresas privadas y en general lo que se conoce como méritos objetivos del aspirante?