Carús, Luma, Luzán, Eclipse: los tentáculos de la Carioca se extendieron por los clubes de alterne de A Mariña

La Voz

A MARIÑA

Club Eclipse, en A Devesa, Ribadeo
Club Eclipse, en A Devesa, Ribadeo PEPA LOSADA

La trama se juzgará este mes en Lugo y el escrito de la Fiscalía desvela la explotación sexual a la que fueron sometidas las mujeres por un guardia civil y el pago de cantidades millonarias por la compra de clubs de alterne

03 jun 2024 . Actualizado a las 14:08 h.

Este mes de junio, con las primeras sesiones previstas para los días 4 y 5, se juzgará, en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Lugo, el caso Carioca, la mayor causa de explotación sexual de la historia de España. La trama de los burdeles salpicó a numerosos clubs de alterne de A Mariña, según el escrito de acusación de la Fiscalía.

El principal acusado en la causa es el cabo de la Guardia Civil Armando Lorenzo, acusado de utilizar su posición para reclamar favores sexuales, agresión sexual a una prostituta y llegar a acuerdos económicos con los proxenetas a cambio de favorecerlos para que no tuviesen problemas legales. Por todo ello afronta una pena de 21 años de cárcel.

De acuerdo con el Ministerio Fiscal, los tentáculos de la actividad delictiva de Lorenzo se extendieron por A Mariña.

Entre el 2005 y el 2009, cuando fue detenido, Lorenzo ofreció ayuda a la hora de regularizar su situación en España a varias mujeres que ejercían la prostitución en la comarca. A cambio, les pedía favores sexuales. Una de ellas fue una joven brasileña que trabajó en el club de alterne Carús, en Vilaframil (Ribadeo), y que posteriormente prestó servicios en el Luma, en Espiñeirido, Cervo, y en el 2007 se acordó su expulsión del país.

A otra mujer, de nacionalidad colombiana, Lorenzo la conoció en el marco de una investigación policial en San Cibrao. A cambio de su ayuda en la operación, le ayudó a conseguir su permiso de residencia. Años más tarde, cuando ella ejercía la prostitución en el Carús, el procesado la presionó para que presentase denuncia falsa contra las personas que regentaban el club. Por temor a represalias, ella consintió tocamientos.

«Te puedo arreglar los papeles, conmigo no tienes que tener miedo a nada». Así le dijo, según la Fiscalía, Lorenzo a otra mujer brasileña que ejercía la prostitución en el Carús.

En abril del 2008 hubo una inspección en el club de alterne Eclipse, en A Rochela, A Devesa, en el municipio de Ribadeo. Lorenzo participó en la operación, en la que se identificó a ocho mujeres que ejercían la prostitución y residían en España ilegalmente. A una de ellas le prometió mover hilos para arreglar su caso, aprovechando su indefensión en este ámbito para hacerle tocamientos.

En mayo de ese año, otra mujer fue denunciada tras una redada en el Carús en atención a la Ley de Extranjería. El procesado, señala la Fiscalía, le ofreció y prestó ayuda para arreglar su situación administrativa en España, pidiéndole favores sexuales para sí y para terceros.

Lorenzo también habría advertido a los proxenetas de redadas: en 2007, advirtió a una trabajadora del Carús de que habría una inspección dos días más tarde, y en 2008 lo volvió a hacer, a través de terceras personas en este caso. Quienes no pasaban por el aropodían perder los privilegios. Así, a la mujer que ejercía como gestora del Carús en 2006 por enfermedad el encargado, le espetó, tras la negativa de ella a mantener relaciones sexuales: «Ahora te voy a asfixiar económicamente, vas a tener una inspección de trabajo y hacienda».

Otro de los encausados es el inmediato superior de Lorenzo, Julio Baquero, que estaba al tanto de la actividad delictiva de su subordinado y que participó en parte de la misma. Afronta 19 meses de cárcel.

La acusación se dirige también contra tres proxenetas, que afrontan penas inferiores a los dos años: José Marcos Grandío Ascariz, José Manuel García Adán —condenado en su día por abusos sexuales y malos tratos a su exmujer, obligar a abortar a una prostituta y por la causa principal de la trama—, y Jesús González Varela.

Este último fue el gerente del Carús entre el 1993 y el 2007 y del Eclipse a partir de entonces. Según la Fiscalía, está acreditado que el encargado del Eclipse entregó en el 2008 a Lorenzo una cantidad cercana a los 6.000 euros por los favores recibidos. El acusado afronta un año de cárcel y 6.000 euros de multa por cohecho pasivo.

La Fiscalía también considera probado que una trabajadora de los clubes Lualú —situado en su día en Pozomouro, San Cosme de Barreiros, y posteriormente llamado Eros—, Luzán —en Benquerencia, en el mismo municipio— y el cervense Luma, que pertenecían a la misma gestión, entregó en una fecha no determinada entre los años 2005 y 2008, tres sobres a Lorenzo con una cantidad indeterminada de dinero, a cambio de la protección prestada.

El escrito de la Fiscalía permite también desvelar algunas de las cifras del negocio de la prostitución en A Mariña. En una finca de once áreas y 74 centiáreas de Loureiro, en el barrio ribadense de San Julián, en Vilaframil, se extendía un edificio de 135 metros cuadrados en el que se ubicaba el club de alterne Carús. El 20 de octubre del 2007, los dueños de la propiedad cedieron a Mercantil Libia Ribadeo, S. L., el arrendamiento de la misma a cambio de 1.500 euros mensuales.

El doble es lo que costaba ese mismo año el alquiler del local donde se situaba el Eclipse, también en Ribadeo. En julio de ese ejercicio, el arrendatario decidió comprarlo, y el contrato de compraventa se formalizó a cambio de una cantidad de 2.163.513 euros. La propiedad constaba de dos casas, una de 66 metros cuadrados y otra de 97. Finalmente, el acuerdo, señala la Fiscalía, «fue posteriormente resuelto por falta de pago, y merced a un pacto de las partes».