«Que a mi hija le guste el atletismo como a mí y entrenar con ella es un lujo»

Lucía Rey
lucía rey CERVO / LA VOZ

A MARIÑA

Olga Vicente, a la derecha, quedó segunda en los 80 metros vallas del Gallego celebrado hace poco
Olga Vicente, a la derecha, quedó segunda en los 80 metros vallas del Gallego celebrado hace poco CEDIDA

La cervense Olga Vicente competirá en julio en Campeonato Nacional Máster

01 jun 2024 . Actualizado a las 12:13 h.

Hace unos días quedó segunda en la final de los 80 metros vallas del Campeonato Gallego Máster, celebrado en Vigo, y del 5 al 7 de julio se trasladará a la ciudad madrileña de Alcobendas para competir en el campeonato nacional de la categoría. Pero el mérito de la cervense Olga Vicente es doble o incluso triple si se tiene en cuenta que compagina sus duros entrenamientos de atletismo con su trabajo al frente de una clínica de masajes y rehabilitación en San Cibrao y, sobre todo, con la crianza prácticamente en solitario de su hija Aroa, que tiene 11 años.

—¿Podría recordar cómo se inició en el mundo del atletismo?

—Mi primer contacto llegó con las carreras que se organizan en los colegios. Iba al Galdín, que ahora se llama Península da Paz, y siempre quedaba en buenos puestos. Y sabes que cuando quedas en buenos puestos parece que te ayuda más. Fue ahí donde comenzó todo.

—Más tarde llegó incluso a competir de manera profesional, pero luego lo dejó. ¿Por qué?

—Fui madre, tuve una niña y las circunstancias me llevaron a tomar esa decisión. Son cosas que se hacen que son tonterías. En el 2018 lo retomé tras unos años fuera y quedé segunda en el campeonato de España, en los 100 metros vallas. Ahora estoy entrenando también al Club Deportivo San Ciprián, donde también entrena mi hija, que este domingo irá al campeonato provincial y el próximo al gallego. Soy atleta independiente y me patrocina Atmósfera Sport, de Burela. 

—Aparcó la competición durante unos años al ser madre. Tras la pandemia del covid, atletas tan reconocidas como Ana Peleteiro optaron por regresar al alto nivel de competición poco después de tener hijos. Echando la vista atrás, ¿repetiría su experiencia?

—Dejarlo por completo no. Aparcarlo un poco para darle descanso al cuerpo sí, porque el cuerpo después de ser madre necesita un descanso, pero dejar el atletismo por completo no porque es algo que me gusta y me hace sentir bien. Y que compita la niña en lo mismo que yo es maravilloso.

—Comparten afición, ¿y entrenan juntas?

—Sí, entrenamos juntas en las pistas nuevas de Cervo, que son un lujo. Entrenamos los lunes y los miércoles fijo, y a veces algunos días más cuando yo entreno a los chavales del club deportivo San Ciprián.

—¿Qué es lo más duro?

—La niña ahora tiene 11 años y creo que lo peor lo viví cuando era más pequeñita porque había que estar mucho más pendiente. Ahora va sola, casi. Además, le gusta y es como estar con una compañera, como tu espejo prácticamente. Al principio, los primeros años, fueron más agobiantes, pero ahora se lleva bien y como además le gusta lo llevamos muy bien las dos.