Escolma de Meus: 20 años no es nada

A MARIÑA

03 ago 2024 . Actualizado a las 12:15 h.

Fue en el Casino de Viveiro. Allí comenzó la singladura. Fueron compañeros de evento cultural los componentes del Grupo de Improvisación del Conservatorio de Música. Una noche inolvidable. Hace 20 años como si nada. De fiesta en fiesta. Interpretando esas viejas y atemporales melodías que nos evocan momentos felices. Un soplo de estrofas que tantas veces hemos cantado entre generaciones de mariñanos. Un verdadero placer verles año tras año cerrar el festival de las incomparables fiestas de San Roque en la Plaza de Pastor Díaz de esa querida Vila do Landro.

A Mari Carmen Chipe le debemos esa MOSTRA de cultura que hacen de cada agosto una cita con la hispanidad o con otros artistas que se mezclan con Bágoas y hacen de la música punto de encuentro para los que están, vienen, van o se fueron pero nos dejaron entre sombras su presencia alegre de una ciudad que siempre ríe y canta.

A Escolma de Meus le debemos la recuperación de una maravillosa colección del cancionero popular o esa salve marinera con la que mi hijo Antón se casaba mientras invitados de muchas comunidades españolas me decían, «¡pero qué bien cantan estos mariñanos!». Mi respuesta era: no solo vascos y canarios lo hacen bien, aquí el abrazo de Landro con la mar Cantábrica, entre galerías de cristal y madera, produce voces y músicos que en templos y festivos populares nos hacen palpitar de emoción.

Este año se cumplen cuatro décadas. Paquito, José Luís, Pepe, Marucho, Pacucho, Jaime, Eduardo...Todos ellos y los demás, incluso aquellos que no se verán pero estarán como inmortales entre nosotros. Ranlis, Toño, Pepe el Píndaro, Carolino, Rubito, Rosino, Manolo, Ricardo, Fajardo...Siempre digo que son los últimos trovadores galaico-cantábricos que nos quedan. Tanto Moncho Pernas como yo mismo, estaremos desde nuestros asientos cantando con ellos esa inigualable «Paloma mensajera» y nos reiremos maliciosamente con la historia de aquel «pailán endomingado», pues haberlos haylos que se fueron en el Sangai desde Lugo y volvieron con otro acento, olvidando costumbres e idioma de sus padres.

Formar Panoramas, París de..., Combo, Olimpus, es tan solo cuestión de muchos euros, buena electrónica, robótica e informática, efectos especiales...pero una actuación de estos hijos de la mar y el viento norteño es como el cromosoma. O se tiene o no se compra. Son así por efectos de San Roque, de nuestras históricas cantinas, de Santa Cecilia y San Francisco. Son xentes do país. Paseantes entre soutos y fragas, entre playas con arenas de mica y caolín. Entre parroquias y lugares. Entre viejas costeras al bonito. Con la sonrisa del Príncipe del Romanticismo o la mirada picarona de Maruja Mallo. ¡Qué honor haberlos apadrinado! Son las mareas vivas convertidas en habaneras por los siglos de los siglos, amén.