Cientos de pisos vacíos y no encuentro alquiler

J.A.

A MARIÑA

PEPA LOSADA

02 sep 2024 . Actualizado a las 11:13 h.

Comienza septiembre, las calles se vacían y, por encima, llueve. Es la tormenta perfecta que nos confirma el inminente final, aunque no en el calendario, del verano. La puntilla llegará la semana que viene, cuando los niños y adolescentes cojan sus mochilas para ir al colegio. Y estos días, me consta porque sé de varios casos, hay gente que se está rompiendo la cabeza porque ve sus proyectos inmediatos de futuro frustrados: quieren venir a trabajar, a estudiar o a vivir en A Mariña y no encuentran pisos de alquiler de larga duración. Dirán ustedes que a buenas horas se ponen a buscar, pero ello no obvia el problema real que tiene la costa lucense, con la vivienda abrumadoramente dedicada al alquiler vacacional. Estos días centenares de pisos y casas quedarán vacíos, con sus dueños esperando a que venga otro puente, Semana Santa o el próximo verano para volver a alquilarlos a turistas. Y tienen todo el derecho a hacerlo así, si consideran que les resulta más rentable o por las razones que sean, pero el problema que se suscita es enorme. Frente a esto, ¿qué hace la Administración? Poco o nada. Ni estímulos para los alquileres de larga duración ni regulación de los pisos de uso turístico. Y así vamos. Y así seguiremos con una bola de nieve que no dejará de crecer. 

Me recuerda el caso de Barreiros, con el urbanismo galopante de hace quince años. Se vendían solares a precios desorbitados y todos, todos, sabían que la burbuja acabaría por reventar. Pero mientras no lo hizo, algunos (pocos, menos de los que podría parecer porque la codicia fue la condena) se hicieron ricos. Y pasó lo que tenía que pasar, con el tiempo volviendo a poner las cosas en su sitio. Volverá a ocurrir, lo sabemos porque la falta de vivienda de alquiler de larga duración a un precio asequible no puede ser un impedimento para desarrollar un proyecto vital y prosperar en A Mariña. Pero hay muchas personas, muchas familias que no estando en estos momentos en disposición de comprar vivienda tampoco encuentran un piso de alquiler para vivir. Y ese sí es un problema que merece la máxima atención, porque la codicia nunca lleva a buen puerto.