Rany Kiyai, indonesia: «Mi hija está allá con mi madre y no la veo desde 2019, pero hay que seguir adelante»

A MARIÑA

Pronto será el segundo aniversario del negocio de restaurante de comida de su país Warung Indostar en Viveiro y prevé abrir una tienda de productos asiáticos y latinos en la ciudad
15 ene 2025 . Actualizado a las 13:39 h.Fue el año 2008 cuando Rany Kiyai, nacida en Indonesia (Islas Molucas, 1983) llegó a España y cruzaba a Galicia el año pasado, con idea de abrir su primer restaurante. Lo hizo en Viveiro, dando a conocer la exquisita gastronomía de su tierra aquí. Dice que está mejorando el habla española: «Es un idioma muy rico». Sobre el gallego, comenta: «Entiendo algunas palabras, pero para hablar es un poco difícil para mí». Su primer trabajo en nuestro país estaba relacionado con tareas domésticas y de perfil administrativo, teniendo la informática como su principal formación profesional. Maryam y Muhamad son sus padres. Marlina, Ikbal, Malik, Zinudin y Munawir sus hermanos, sumando un sexto, Subhan, que falleció en 2017. Tiene una hija, llamada Kheeysia Arheta Sudarto Sahid.
—Llegar a Galicia con la idea de montar negocio propio es muy diferente a llegar para emplearse por cuenta ajena. ¿Cómo ha sido emprender y venir de fuera?
—Bien. No estoy solamente yo, sino también mi hermano que está en Madrid, a través de nuestra propia marca. El restaurante de Viveiro, de nombre Warung Indostar [warung en Indonesia es street food], fue la primera vez para nosotros, en la hostelería. En verano se trabaja mucho mejor porque viene mucha gente de fuera. Empezar el negocio fue lo más complicado, sobre todo para encontrar personal.

—¿Cómo ha aceptado la clientela gallega la comida indonesia, sobre todo por el picante?
—En general dicen que está genial. Siempre pregunto y me dicen 'perfecto' porque es diferente a la comida de China o de India. El picante, depende de la gente que viene. Me sorprendió que algún cliente quiere picante que pica más que el que yo como.
«Siempre pregunto por la comida y me dicen 'perfecto', porque es diferente a la comida de China o de India»
—¿Qué ha sido lo más difícil en la adaptación?
— Lo más complicado ha sido el idioma. Aún estoy aprendiendo.
—Pretende abrir más negocios en Viveiro.
—Sí, vamos a abrir una tienda en Viveiro de productos asiáticos, de la marca Indostar, y algo de latinos.

—¿Cómo es el pueblo donde nació, cómo vivía y qué familia le queda allí?
—Mi pueblo está en una selva. Siendo niña no había electricidad ni médico. La vida es difícil. Mis padres siguen viviendo allí, pero en otra parte. Tenemos playa y es un lugar muy muy bonito. El pescado es lo mejor en Indonesia. La alimentación es a base de pescado y lo que hay en el bosque, como cacao, clavo, coco (para hacer el aceite), pimienta blanca y negra, que es lo más famoso de las Islas Molucas, donde hay muy buenas especies. Después fui a Sulawesi, para estudiar. Tenía seis años y nos mudamos todos de lugar. Después me formé en informática.
—¿Cuándo fue el momento en que dejó su país y por qué?
—Por mi familia, para mejorar la economía porque la calidad de vida es baja. Siempre, al mes, envío dinero a mis padres. Les estoy ayudando mucho, también para que mis hermanos pequeños pudiesen ir a la universidad. Ahora ya están trabajando. Mi padre tiene 76 años y mi madre casi 72.
—¿Tienen intención de venir, aunque sea a visitarla, a España y cómo la ven?
—Siempre me preguntan. Quieren ver cómo es España. A mi padre le hice el otro día una videollamada y él me dijo: '¡No es un pueblo, es una ciudad muy grande, no es pequeña, hija!'. Mis padres piensan que España está muy lejos. La última vez que los vi fue en 2019. Ellos están bien de salud.
—¿Puede practicar aquí la religión musulmana?
—Sí, practico el Ramadán, rezo cinco veces al día y no como carne de cerdo.

—¿Qué echa de menos de su tierra?
—A mi familia y alguna comida de mi madre que aquí no hay y no tiene nombre. El arroz se hace dentro de una hoja de coco y se cuece con leche de coco. Se abre y se come con el curry típico. Es el plato de mi madre, que está buenísimo. Mi hija está allá con mi madre y no la veo desde 2019. Nosotros tenemos que luchar aquí. La echo mucho de menos. Me gustaría que viniera para que pudiera llevar el negocio del restaurante porque es más joven y tiene más fuerza y nuevas ideas. Está en la universidad ahora y trabajando. Hay que seguir adelante. A Indonesia quiero volver, de vacaciones.
—¿Qué comida española es su favorita?
—¡La paella de Valencia! Ay... Lo siento mucho por Valencia. En Indonesia casi todos los años hay inundaciones. Por lo de Valencia, me llamó mi madre preocupada por mi y por mi hermano. Yo le expliqué que España era grande y que la inundación había sido en otra parte diferente del país.
—Cuando llegó a Madrid, ¿qué le llamó la atención?
—Primero la comida. Y también ver a gente besándose en la calle porque en mi país no pasa eso [ríe].

—¿Tuvo alguna situación negativa por ser extranjera?
—Fue hace mucho, en Madrid, dos veces. Mis 'gafas' y las de otra gente son diferentes. Al llevar el hiyab me dijeron un día que hacía calor en un parque y me refresqué la cara con agua porque casi me desmayaba, en agosto, que 'me fuera a mi país para gastar el agua'. En Galicia estoy muy contenta con la gente.
—¿Cuál fue la pregunta más extraña que le han hecho de Indonesia?
—Una persona me preguntó dónde estaba. Pero si dices Bali, sí que muchos lo conocen.