
Me ha llamado la atención. Una Ministra de Sanidad procedente del mundo hospitalario lanza en tiempo record un documento titulado PLAN DE ACCIÓN DE ATENCIÓN PRIMARIA Y COMUNITARIA 2025-2027 Diciembre 2024.
Intenciones: una atención más personalizada y próxima; necesidad urgente de fortalecer y modernizar la AP ¡Eureka!. Su atenta lectura -recomiendo se haga y la divulgación entre otras razonespara que se cump la - me devuelve la esperanza que un día lejano -1982- me llevó a entregarle al Ministro de Sanidad Ernest Lluch un documento titulado "Del Ambulatorio al Centro de Salud".
Siempre me vienen a la cabeza los versos de Antonio Machado, "pensar que pensar debía en asentar la cabeza"; con la asistencia primaria sucede otro tanto. Hace tiempo que las autoridades sanitarias centrales y periféricas se olvidan, salvo protestas ciudadanas, de las carencias que se dan en los Centros de Salud. Por lo de pronto olvidan que deben ser el núcleo asistencial, pues constituyen la primera línea de actuación para garantizar el derecho a la salud frente a la enfermedad subjetiva-objetiva. Y las consecuencias las pagan las urgencias hospitalarias que terminan siempre colapsadas. Sería necesario que antes de emprender reformas en el papel, que lo aguanta todo, se auditara la capacidad real que cada Centro de Salud tiene y práctica para resolver más allá de activar la receta electrónica, gestionar las bajas por enfermedad, y derivar enfermos a las consultas de atención especializada, provocando esperas que pueden evitarse si las consultas del Centro de Salud son capaces de resolver mediante diagnóstico causal y tratamiento tanto causal como sintomático, además de encargarse de las revisiones que pautan los hospitales.
¿Que se espera del Centro de Salud?: Que no tenga listas de espera. Que disponga la capacidad necesaria para pedir pruebas diagnosticas complementarias, eso sí, tras haber explorado al paciente y establecido un primer diagnóstico. Que tenga tiempo para hacer consulta con historia clínica y exploración al menos de la primeras visitas como lo hacen las consultas de los hospitales. Que tal tiempo no se pierda en la a veces farragosa informática con programas ágiles y sencillos como corresponde a una herramienta mucho menos importante que escuchar al paciente y explorarlo.
Debe revisarse con urgencia el ratio de personal sanitario por población. Máxime teniendo en cuenta que se reconoce el envejecimiento poblacional y la cronicidad de las dolencias. Y recuperar el compromiso de hacer EDUCACION PARA LA SALUD desde los equipos de salud en tales Centros; hoy por hoy, imposible teniendo en cuenta la carga de trabajo que soportan médicos y enfermería de tales centros. Se hace imprescindible destinar a residentes de al menos el último año de formación hospitalaria a reforzar las plantillas de los Centros de Salud. Se hace necesaria la presencia de los Trabajadores Sociales en los EQUIPOS DE SALUD PRIMARIA. Es urgente y necesario: el reciclaje continuado de estos profesionales; la máxima coordinación con los hospitales; Y una perfecta organización en cantidad y calidad de recursos para atender los problemas de salud mental cada vez más presentes y casi siempre causa de una polifarmacia excesiva.
Las plantillas de sanitarios en Atención Primaria deben ser revisadas tanto en número como en permanencia, evitando la precariedad que contribuye a la falta de confianza del usuario con el sistema pues, o no hay facultativo, o el que está sólo permanece un tiempo muy precario.
Insisto. Los Centros de Salud y su metodología para la atención primaria constituye la puerta de entrada a un Sistema Nacional de Salud capaz de lograr la eficiencia: máximo número de soluciones, al menos costo económico y temporal, con la mejor satisfacción para el usuario enfermo. Todo lo demás volverá a ser humo.
* Pablo Mosquera, médico, ex director gerente del Hospital da Costa.