Alcoa plantea un dilema a la plantilla

RAMÓN GONZÁLEZ REY CERVO / LA VOZ

A MARIÑA

PEPA LOSADA

La empresa supedita volver a producir a que el comité acceda a aplazar la obra más importante para el futuro de la fábrica

03 ene 2025 . Actualizado a las 14:23 h.

El año 2024 debía ser el de la esperanza para volver a producir aluminio primario en A Mariña, con el arranque de las primeras 32 cubas, pero las nubes siguen planeando sobre una industria de la que dependen miles de familias en la comarca. Tres cursos después del acuerdo al que llegaron Alcoa y la plantilla para cesar la producción durante dos años, a cambio de realizar reformas en la planta, mantener los empleos y arrancar de nuevo al 100 % la electrolisis, la multinacional apela a los trabajadores para reformular otra vez el pacto. Tras anunciar un proceso de venta fallido y alcanzar un principio de acuerdo con la energética Ignity Equity Holdings para la inyección de cien millones de dólares en el complejo industrial sancibrense, la compañía radicada en Pittsburgh plantea a cambio de esta inyección de capital posponer hasta el 2028 el proyecto del horno de cocción de ánodos, la obra de renovación más importante del sitio industrial, y poder financiar las operaciones con dinero del fondo restringido para las inversiones, que garantizaba la ejecución de las mismas. Presente o futuro, agarrarse al hoy y dejar los compromisos firmados para mañana, parece el dilema en el que la aluminera sitúa a su personal. «Hemos logrado pasar la mayor crisis energética de este país sin un despido.

Pero estamos ante un colapso financiero. Lo que da vida a la planta no es el horno, que no es esencial, sino la competitividad del coste eléctrico», argumentó la empresa.

 La propuesta de Alcoa e Ignis consta también de exigencias a las Administraciones. Precisamente en materia energética, la multinacional reclamaba al Estado elevar al máximo permitido las compensaciones por emisiones indirectas de CO2. El Gobierno ha recogido el guante, y si bien no ha aumentado esta partida al tope legal, ha anunciado que en el 2025 movilizará 600 millones de euros, el doble que en el 2024, para apoyar a la industria electrointensiva. A falta de saber qué cantidad correspondería a la multinacional del aluminio, aportación que estaría ligada a la producción, la empresa hace una lectura positiva de la medida. También de la declaración de impacto ambiental concedida por la Xunta para la ampliación de la balsa de lodos rojos, actuación clave para recuperar la producción —actualmente al 50 %— en la planta de alúmina. Pendiente está la aprobación de los parques eólicos vinculados a la planta de aluminio.

Así las cosas, la decisión sobre el mencionado dilema —que incluye también a las auxiliares, cuyos contratos expiran a final de año— recaerá probablemente sobre la plantilla, que exige la mediación de las Administraciones. Para implicar a los Gobiernos ha vuelto a salir a la calle. Más de cuatro años después del ERE —a la postre frustrado por los tribunales— que abrió la crisis de Alcoa San Cibrao, está por ver si el 2025 traerá certezas al pilar socioeconómico de la comarca.