La flota se concentra ya en el golfo de Vizcaya a la búsqueda del bonito

BURELA

Buque Ramón Estefanía
Buque Ramón Estefanía Xaime Ramallal

Un palangrero regresó ayer al puerto de Burela con 5.000 kilos de túnido

20 jun 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque todavía es temprano para muchas embarcaciones, que esperarán a que los grandes bancos de túnido se aproximen al litoral, barcos gallegos comienzan a concentrarse estos días en el golfo de Vizcaya para pescar el rey del verano, el bonito. Con una cuota mayor que la del 2023, lo que permite a la flota albergar esperanzas de obtener cantidades aceptables, los armadores se fijan en la gran otra variable de la campaña, los precios, que el año pasado —cuando cubierto el ecuador de la costera comenzaron a aparecer ejemplares de menor tamaño— hicieron que las empresas renunciasen incluso pudiendo pescar. Este curso, se espera que las cotizaciones marquen también el éxito o el fracaso para cada sociedad pesquera.

Y es que la campaña del bonito se ha vuelto impredecible para la flota, que busca ajustar su estrategia para sacar la mayor rentabilidad posible a la pesquería. El palangrero de superficie Ramón Estefanía, con puerto base en Burela, regresó este miércoles por la noche del golfo de Vizcaya para descargar 5.000 kilos de túnido que serán vendidos este jueves en la lonja burelense. El espadero comenzó la campaña hace poco más de una semana, el pasado día 10, y ya no acudió a las Azores, donde los boniteros solían agolparse al inicio de la costera. Con el precio del combustible en niveles todavía altos, «levamos algún ano facendo xa isto. Non é o normal, pero agora normal non hai nada», argumenta el armador, José Ramón Lamelas. Tras varios días sin subasta en el epicentro gallego de las descargas del túnido en Galicia, el empresario espera que las cotizaciones hagan buena la apuesta.

La del Ramón Estefanía no será la primera descarga de bonito que acoge Burela este año, pues la inaugural —de un buque vasco— se remonta al pasado 28 de mayo. En los últimos días, la flota del cebo vivo descargó diez toneladas de bonito en Guetaria y Fuenterrabía, otros puertos emblemáticos, lo que demuestra que los bancos comienzan a aproximarse a la costa cantábrica.

Por ahora, afirma Lamelas, el bonito se ha mostrado más bien esquivo. «Estamos metidos para leste de todo, os barcos meirandes e mais os pequeniños. Por agora non hai moita pista del, ou non quere comer. O tempo está revolto e as augas frías», lamenta.

Por el momento, además del Ramón Estefanía, solo otro barco de la flota de Burela, el también palangrero de la OPP-7 Zamorano, ha salido a faenar al bonito. El segundo comenzó la campaña en mayo para probar suerte en las Azores.

Sergio López, de la Organización de Productores Pesqueros burelense, señala que el alza de la cuota es en principio positiva, aunque «despois o mar responde como responde. Preocúpanos se o prezo é bo, porque se non o é os barcos poden tomar a decisión de cambiarse de pesquería», apunta. El túnido supone «unha segunda campaña excepcional, e hai quen aguanta máis ou menos en función do custo de ir pescalo, tendo en conta os desprazamentos, o custo do combustible...», expone. A nivel comercial, resalta, «o bonito ten un bo nome, é un produto de tempada de calidade que funciona ben, tanto se falamos da hostalería como do consumidor».

Para el resto de la flota de Burela es aún temprano. Las embarcaciones más pequeñas esperarán al menos a la próxima semana, según indica el patrón mayor burelense y presidente de las cofradías españolas, Basilio Otero. Si algunos barcos grandes desisten de acudir a las Azores, los pequeños no se moverán hasta que los bancos de bonito lleguen a zonas asequibles. «O combustible non é barato, e así menos búsqueda se vai facer, o que implica un problema: canto menos se busca, máis difícil é tamén atopalo», razona.

Aunque 87 barcos gallegos solicitaron autorización para acudir a la costera, serán muchos menos los que participen en ella. De Cedeira, según fuentes de la cofradía, están en faena cinco buques, también en el norte. Y es que el peso de la flota gallega en la campaña del bonito ha menguado. «Hai boniteiros na Guarda, en Cambados, están os volanteiros cedeirenses... Pero hai que recoñecer que en xeral perdemos moita presenza e que aumentou moito a das empresas asturianas», señala Otero.

Cerqueros vascos, barcos de cacea vizcaínos, y buques de cebo vivo cántabros y guipuzcoanos se concentrarán en adelante en el golfo de Vizcaya. Una variedad de artes y de casuísticas.

El patrón mayor burelense señala que, pese al incremento de la cuota para la flota española, los topes de captura serán también superiores «para a francesa, competidora directa nosa. Eles poden usar o palangre de superficie e venden moito para a industria, tirando os prezos», lamenta. También marcará la rentabilidad o no de la costera «o que pesquen os barcos de cebo vivo», concluye.