El comité ve acreditada la mala fe de Alcoa, a la que acusa de dividir a la plantilla para lograr el cierre
CERVO

Las Administraciones presionan la empresa, que este miércoles se reúne con el personal sobre la petición de posponer el arranque
24 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.«Estamos en las mismas circunstancias, con la misma mala fe de la empresa que quedó demostrada en el juicio del ERE». Así resumió este martes la situación el comité de Alcoa, después de que la multinacional plantease a la plantilla negociar un nuevo aplazamiento del arranque de la planta de aluminio de San Cibrao (Cervo), comprometido en el acuerdo de viabilidad firmado por patronal y personal para un cese productivo temporal. Casi cuatro años después de que la compañía presentase un expediente de regulación de empleo que fue tumbado en los tribunales, los sindicatos perciben una vuelta al punto de partida y acusan a la firma de pretender un cierre encubierto. La dirección y la representación de los trabajadores se reúnen esta mañana, a las diez. Al incumplir el pacto, la patronal debería formular una oferta, aunque no hay pistas de si la habrá y si de si la hará pública este miércoles.
Las centrales sindicales consideran que «hay evidencias suficientes» del plan de Alcoa: «cerrar el complejo, llegando a un acuerdo con el único fin de liberarse jurídicamente de sus responsabilidades». La primera prueba, sostienen, es «una posible descapitalización» intencionada del complejo industrial. La empresa destruyó en su momento el horno de cocción de la planta de aluminio, con la promesa firmada de construir uno nuevo. El pasado diciembre paralizó el proyecto, presupuestado en 109 millones de dólares. De esta forma, la fábrica tendría que funcionar con ánodos de importación, con un coste que la plantilla ve inviable si no es a corto plazo.
Obreros con y sin protección
La segunda evidencia es el comportamiento de Alcoa ante los inversores y las Administraciones. En una conferencia de resultados, el jefe mundial de la compañía, Bill Oplinger, se mostró abierto a cerrar un recinto fabril en el que hay un desequilibrio en la situación laboral de los trabajadores: los obreros de la planta de aluminio tienen temporalmente garantizados, según el acuerdo de viabilidad, sus empleos, no así sus compañeros de la refinería. Y por ello entienden los sindicatos que la multinacional pretende conseguir un nuevo aplazamiento del arranque amenazando a la plantilla de alúmina, a la que «usa como rehén».
El comité se reunió ayer con la secretaria de Estado de Industria, Rebeca Torró, y con el delegado del Gobierno, Pedro Blanco. Según fuentes sindicales, el Ejecutivo confirmó que Alcoa expuso en un encuentro entre ambas partes una «sangría económica», pero «sin concretar» si quiere dinero para completar el plan de viabilidad ni mostrar interés en el marco energético que tantas veces ha reclamado. Además, la empresa «comunicó que no quería arrancar las cubas» y eludió precisar cuándo construirá el horno de cocción de ánodos.
En esta tesitura, el comité preguntó al Gobierno si contempla la intervención pública de la empresa, medida que piden BNG o Podemos. Los sindicatos aseguraron tras la reunión que el Ejecutivo «estudia todas las opciones posibles» y «tiene claro que no puede prescindir de esta industria». En su versión del encuentro, el ministerio evitó hablar de intervenir Alcoa. Torró reiteró su compromiso con la actividad y los empleos y mantuvo el foco sobre la compañía: el día 26, en una reunión con todas las partes implicadas, se analizará «la situación financiera» y «el estado de ejecución de los acuerdos firmados». El candidato socialista a la presencia de la Xunta, José Ramón Gómez Besteiro, lanzó el mismo mensaje.
El presidente del Gobierno gallego, Alfonso Rueda, centró también su discurso en Alcoa, a la que reclamó explicar «cuáles son sus planes» y «qué va a hacer para cumplir unos compromisos perfectamente determinados». Hoy, a las 19 horas, la conselleira de Economía, Industria e Innovación, María Jesús Lorenzana, visitará a la plantilla en Cervo.
Alcoa, con su credibilidad en entredicho según el resto de actores, calla. Se desconoce si este miércoles hará un nuevo movimiento y ofrecerá algo a cambio de dilatar el arranque de unas cubas apagadas desde hace ya dos años.