
El grafiti, situado en la zona de Marzán de Foz, evoca la infancia y el verano en la localidad
30 ago 2024 . Actualizado a las 22:35 h.Dice el artista Rubén Paz (Lugo, 1990) que desde hace tiempo le llamaba la atención la pared medianera de un edificio en Foz, el número 69 de la Avenida de Viveiro. A la entrada de la localidad, a la vista para los usuarios de la vía y con un tamaño importante, parecía un lienzo perfecto para un grafitero. Entonces consultó a Loli Cuadrado, la dueña del salón de belleza situado en el bajo del inmueble, y cuya familia ostenta la propiedad. De su entendimiento ha surgido el primer mural en A Mariña de este reconocido creador, que con su retrato de El Quijote —en el colegio de Cervantes de la capital provincial— logró en verano del 2022 un segundo puesto entre la flor y nata mundial del arte urbano.
Las empresas Pinturas Xurxo y Talleres Benor han colaborado con la logística de esta iniciativa privada, que ha embellecido la zona de Marzán y que a lo largo de la pasada semana, cuando Paz inició y terminó —de lunes a domingo— el trabajo, ha ofrecido a los viandantes un auténtico espectáculo, el de poder ver a un artista trabajar y el de presenciar los progresos diarios de una obra de arte urbano.
Paz explica que para el mural se inspiró en una planta común en la zona, la colorida uña de gato, aunque tuvo algunas dudas sobre su idoneidad porque se trata de una especie invasora. «Faleino con Loli e finalmente decidimos incluíla, porque esta flor está presente por toda a liña de costa e tráenos moitas lembranzas, tanto a min como á propietaria», indica. En una parte de la obra, la mano de un abuelo entrega una flor a la mano de una niña, mientras que en otra esa misma pequeña, ya mujer, asoma entre el mar. «Quería dalgún xeito evocar as lembranzas da infancia», apunta el autor.

Para Paz, cabeza visible de Trece Trazos, este no es un mural cualquiera, porque A Mariña forma precisamente parte de su vida y de su infancia. «Desde pequeno veraneo aquí, nun piso que temos en Foz. As paisaxes deste lugar son espectaculares e distintas a outras zonas costeiras. Sempre estou volvendo, por unha cousa ou por outra. A praia de Llas é un dos meus lugares favoritos e tamén me gusta moito camiñar polo paseo marítimo co meu can», concreta el muralista.
Para Cuadrado, esta iniciativa —que se gestó antes de la primavera, pero que por la climatología no pudo completarse hasta agosto— ha sido también entrañable. En la pared de cemento de la propiedad familiar luce hoy toda una obra de arte que le recuerda una época del año querida y esperada. «Miro para o mural seguido e lémbrame o verán», concreta. Por eso, la peluquera focense se muestra agradecida con todas las personas que contribuyeron a la consecución del mural, con una mención especial para Paz. «Quérolle dar as grazas no nome da miña familia por unha semana de intenso traballo de xeito gratuito. Nós accedimos ao uso do edificio e custeamos a pintura, pero foi el quen puxo o seu talento e o seu esforzo e quen tivo a visión para facelo. Para min non hai forma de cuantificar o valor do que fixo», manifiesta.
Cuadrado cuenta que, estos últimos días, incluso algún conductor que circulaba por Marzán reducía la velocidad para contemplar la pintura. «A verdade é que creou moita expectación e foi un vaivén de xente seguido, que me felicitaba ou me preguntaba. Parei moitas veces para falar con persoas que se interesaban polo mural», admite Rubén.
El artista se inició en el arte urbano y el hip hop de forma natural, desde que de pequeño admiraba las obras de su abuelo. Considera que lo más difícil del street art, una disciplina en auge y con cada vez más demanda, no es ajustar las proporciones, sino adquirir la técnica del spray. Paz afirma que a algunas obras «atópolles erros ao mes ou dous meses de facelo», pero que en todas procura dejar «un sentimento detrás, que reflicta as miñas inquietudes, porque non se trata só da técnica senón do que implica unha pintura». Como el mural de Marzán, que lleva de viaje por la niñez y el verano en Foz.