Casa Gayoso, cien años de un negocio que fue ultramarinos, funeraria y ahora es tienda de alimentación y despacho de lotería

LOURENZÁ

El establecimento de Lourenzá lo lleva en la actualidad Mariá Remedios Gayoso, defendiendo un estilo de comercio que es muy «personalizado» y en el que se conocen las «necesidades» del cliente
13 feb 2025 . Actualizado a las 17:52 h.Los típicos ultramarinos acabaron yendo a menos con el paso del tiempo, formando ya parte de una hipotética «lista roja» de comercios en extinción. La conversión de bar más tienda a lugar en exclusiva para llenar la cesta de la compra, dispensando hoy productos de alimentación y manteniendo el despacho de lotería, le tocó a Casa Gayoso con la pandemia. En la época del covid pusieron fin al bar como tal, relata María Remedios Gayoso Rodríguez, hoy al frente del establecimiento que cumple desde Lourenzá los 100 años de vida: «A raiz de la pandemia, como había que tener ciertas condiciones de seguridad y también por el hecho de que la población cada vez va a menos, seguir con el bar no era factible. Fue un alivio dedicarme solo a alimentación. Por lo menos, los domingos estamos cerrados, y los horarios (durante la semana de 9.30 a 13.30 y de 16.00 a 20.00) son más equilibrados. Antes no había horarios teniendo el bar, prácticamente». El inmueble donde se asienta Casa Gayoso es de 1925. Era el proyecto de vida de sus abuelos, Antonio Gayoso y Remedios Baamonde, en el que ella emigraría a Cuba, desde donde mandaba dinero, mientras él trabajaba en Lourenzá como maestro de obras. Después, regresó y el local al principio obedecía al concepto de bar ultramarinos, con estanco añadido más tarde, incluso llegando a ofrecer servicios de funeraria, como recuerda la nieta: «Mi abuelo y mi padre, antes de que hubiese coches y se iba por caminos, llevaban la caja encima de un burro. Se lo tengo oído».
«Fue un alivio dedicarme solo a alimentación. Por lo menos, los domingos estamos cerrados, y los horarios (durante la semana de 9.30 a 13.30 y de 16.00 a 20.00) son más equilibrados»
Con un servicio tan múltiple, ella lo compara de forma simpática con un «Corte Inglés» pero en versión rural y de antaño. «Estos sitios, más que un comercio, a veces también hacen de consultorio psicológico, en el que tienes que escuchar, incluso das consejos. Es como un centro social al que viene la gente y te cuenta si está enferma, o que tiene que ir a Burela, etcétera...», dice, añadiendo: «Aquí el trato es personalizado porque conoces a toda la gente y sus necesidades. Incluso te dicen 'dame aquel iogur que levo eu sempre' y tú ya sabes la marca y la variedad que es». Otro cambio experimentado ha sido la llegada progresiva de migrantes, razón por la cuál incorporó productos que antes no había en las estanterías de Casa Gayoso: Tenemos también la clásica línea blanca porque hay que estar adaptados a todos los presupuestos. Ahora la población aquí cada vez es un poquito más multicultural. Es por lo que también hay que traer harina para hacer arepas, por ejemplo. Es alguno de esos productos que hemos incorporado». Dice que este martes, además de comida, se vendió lotería para San Valentín, de la que «está habiendo bastante venta», señala, recordando que la pasada Navidad Casa Gayoso repartió un cuarto premio (20.000 euros por décimo).

María Remedios Gayoso Rodríguez cogió hace aproximadamente 26 años las riendas de Casa Gayoso, que antes estaban en manos de sus padres, Alfredo (hoy con 96 años) y María Carmen (86). Sobre el futuro del negocio, avanza: «Seguramente cuando me jubile, esto será o traspaso o cierre. Es verdad que estos negocios dan vida a los pueblos, pero no todo el mundo está por estar aquí al pie del cañón, sin tener vacaciones o un puente... o un acueducto».