
Carmela Tomé es la propietaria de una casa para caminantes abierta a donativo en Mondoñedo
21 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Con su acento gallego notablemente mejorado, la antropóloga madrileña Carmela Tomé Valiente, conocida en el mundo del arte como Zilí Katova, continúa la labor de restauración de su casa de Maariz. En los últimos tres meses han pasado por allí unos 200 peregrinos. Allí pueden ducharse, cenar, pernoctar y desayunar antes de proseguir su camino. Todo ello sin otra contrapartida económica que la voluntad.
O Bisonte, como se denomina el lugar, es una casa abierta a donativo y entre los proyectos que tiene pendientes su propietaria es celebrar, en principio para octubre, un encontro de ?hospitaleros? para buscar una estrategia conjunta a fin de promover la cultura de la casa abierta a donativo y dar unas pautas para que los huéspedes sepan cómo deben comportarse ya que, dice Karmele, «hainos que pensan que están en un hotel ou un albergue». Últimamente, dice, «está chegando moito turismo barato, que non aprecia e só quere durmir e comer».
Pese a todo, está contenta, sigue vendiendo cuadros, cultivando la huerta de donde saca los productos que pone a la mesa y comparte con sus visitantes, restaurante y poniendo en valor los viejos objetos de labranza, como el carro, que barnizó, para que los peregrinos que hacen allí alto conozcan lo que era una casa de campo de la tierra.
Últimamente, dice, viene mucha gente de centroeuropa, sobre todo alemanes, pero también de Corea. Recientemente pasó una joven que está escribiendo una guía del Camino en coreano. Los betsellers y películas que salen del Camino Jacobeo en cada país hacen que aumente el interés de la gente por hacer la ruta. ¿El perfil de sus visitantes?. Dice que llegan muchos jubilados que eligen hacer un camino más espiritual, aunque tienen posibilidades económicas, muchos jóvenes y muchos polacos, que vienen sin un duro y son muy católicos.
Cree que el asesinato de una peregrina en León no afectará negativamente: «Esa historia podería ter pasado en calquer lugar do mundo. O Camiño é coma a vida, sempre pasan cousas. Eu non quero crer que iso vaia afectar negativamente, polo menos non percibo preocupación na xente. Non están falando diso», afirma, aunque añade que van a tener que empezar a tomar más medidas de seguridad: «O ano próximo levaremos un rexistro da xente, con seu DNI e imos mellorar as vías de comunicación entre hospitaleros a donativo. Si chega alguén problemático, chamo ós hospitaleiros que están adiante e aviso».