
Contribuyó a asentar al PSOE y la UGT en el país y a propiciar su renovación
01 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Carlos Pardo Cabado fue un sindicalista nacido en Mondoñedo en 1928 y fallecido en Mazagón (Huelva) en 2016. Aunque poco conocido, tuvo un destacado papel en el socialismo español durante la Transición pues contribuyó a asentar al PSOE y la UGT en el país y a propiciar su renovación. Pardo fue uno de los enlaces entre la socialdemocracia alemana y los jóvenes socialistas españoles que, liderados por Felipe González, se oponían a los dirigentes históricos agrupados en torno a Rodolfo Llopis. El mindoniense tenía el apoyo de la Fundación Ebert que financió al PSOE y la UGT durante aquellos años.
Tenía ocho años cuando, al comenzar la guerra civil, quedó huérfano y fue acogido por unos tíos emigrantes que vivían en el Uruguay. Allí, en Montevideo, pasó su infancia y adolescencia y se relacionó con exiliados españoles. En 1945 regresó a España para realizar el servicio militar y cinco años después volvió al Uruguay por un corto período de tiempo. Retornó a Madrid y entró a trabajar en Artesanía Española, una empresa de la Fundación Francisco Franco. Tras desencuentros con sus dirigentes fue denunciado, juzgado por el Tribunal de Orden Público (TOP) y encarcelado hasta 1959.
Al salir del penal, marchó a Alemania en la década del boom migratorio español. Trabajó como obrero metalúrgico en Essen, se afilió al sindicato alemán IG-Metall, a la UGT en el exilio, al Partido Socialdemócrata y al PSOE. Su trabajo, codo con codo con el referencial Manuel Fernández Montesinos, lo llevó al comité de coordinación de UGT en el país. Creó varias secciones sindicales y defendió la autonomía de acción respecto a la ejecutiva de Toulouse, lo que le llevó a enfrentarse a dirigentes históricos que Pardo creía «anclados en el pasado, sin contacto con la realidad de entonces».
La financiación del partido
Durante el Estado de Excepción que decretó Franco a raíz del Mayo del 68 y del terrorismo en el País Vasco, Pardo ?comisionado por IG Metall, según el Archivo sindicalista socialista- viajó a Bilbao y ofreció dinero del fondo de solidaridad del sindicato alemán a familias de 14 ugetistas encarcelados aquellos días. Pero su oferta y su dinero fue rechazado por el líder vasco, Ramón Ruibal, al entender que la ayuda debía llegar por los cauces establecidos desde la central del sindicato en el exilio.
En 1973, Pardo fue artífice de la creación en Stuttgart de una agrupación del PSOE en Alemania. Él mismo fue nombrado delegado de la ejecutiva en el país y, desde entonces, fue el nexo con la socialdemocracia alemana que financiaba y orientaba el naciente socialismo español. Entre sus funciones, figuraba captar el interés del SPD por la causa del PSOE, defender a los emigrantes, establecer contactos y proponer líneas de actuación conjunta PSOE-UGT y superar la posición, cada vez más rezagada, que los socialistas iban asumiendo en relación con el PCE y su sindicato CC. OO.
Apoyó a Felipe González en Suresnes e impulsó créditos con el banco de los sindicatos alemanes
El sindicalista mindoniense fue, desde los años 60, fundador y dirigente de la Federación de UGT en Alemania, defensor de la renovación del PSOE y de la UGT y partidario de que las respectivas direcciones se radicaran en España y no en el exilio.
Según datos recogidos en las fundaciones Largo Caballero, Pablo Iglesias y Anastasio de Gracia, su trayectoria en ambas entidades fue amplia. Participó en el XII Congreso del PSOE en 1972 y en el XIII celebrado en 1974 en Suresnes (Francia) en el que fue elegido secretario general el joven socialista andaluz, Felipe González, Isidoro, lo que consumó la ruptura con el socialismo histórico que lideraba Llopis desde la guerra. Los históricos defendían, desde el exterior, la línea tradicional marxista del PSOE y los renovadores de González y Guerra, un cambio hacia la socialdemocracia.
El congreso de 1973
En el congreso de UGT, en 1973, Carlos Pardo fue elegido Secretario de Emigración. Desde su cargo en la FITIM, contribuyó en la Transición a reconstruir las estructuras del sindicato y fue, hasta su jubilación, apoyo y consejero de la Ejecutiva Federal. Carlos Pardo murió el 5 de enero de 2016 en Mazagón (Huelva).
En 1977 propuso que, para abandonar su estrechez de recursos, UGT solicitase un crédito millonario al Bank fir Gemeinwirtschaft (BIG), el banco de los sindicatos alemanes.
Para materializarlo, Nicolás Redondo logró un acuerdo con el ministro De la Mata para obtener el aval preciso del Banco Rural y del Mediterráneo. En esos momentos, Pardo contaba con el apoyo financiero de la Fundación Ebert para combatir la primacía de CC.OO. en el metal y empresas como SEAT.
La revista de los renovadores y el papel de la Fundación Ebert
De 1970 a 1977, Carlos Pardo fue redactor y director de la revista Exprés Español, cuyo editor, Hans Matthöfer, fue varias veces ministro en el gobierno del canciller alemán Helmut Schmidt. Era una revista que, además de ganarse a los españoles en Alemania, daba voz al sector renovador del PSOE que encabezaba Felipe González.
El primer número apareció en octubre de 1970 y el último (el 80) en mayo de 1977. Trataba temas sociales y políticos aunque también asuntos culturales y deportivos, reportajes y entrevistas, para ensanchar su base lectora. Su Redacción estaba a caballo entre Frankfurt y Múnich. En Frankfurt estaban los redactores Manuel Fernández-Montesinos (internacional), Ramón Cotarelo (política), Carlos Pardo (social y laboral) y Santiago Rodríguez y Salvador Justel (política y economía). Desde Múnich participaban Josep Moll y Manuel Moral (noticias y comentarios) y José Mª Arche Molinero, representante de la Fundación Ebert. La revista estaba financiada por Matthöfer, el sindicalismo alemán, los suscriptores y el gobierno teutón. Tiraba 3.000 ejemplares -en ocasiones llegó a los 10.000-, costaba un marco, tenía 30 páginas y era mensual.
Tras la muerte de Franco, la Fundación Ebert abrió oficina en Madrid con el objetivo de conseguir resultados electorales óptimos para el PSOE, promover acciones formativas, crear cuadros y realizar encuestas e investigaciones. Entre 1975 y 1980, la fundación invirtió en España y en el PSOE más de 20 millones de pesetas, lo que contribuyó a estrechar las relaciones entre el SPD y el PSOE y a condicionar la evolución ideológica de este último del que fueron apartados significados discrepantes, como Luis Gómez Llorente, Bustelo o Pablo Castellano. Carlos Pardo, que entonces vivía en Madrid como representante de la Federación Internacional de Trabajadores de la Industria Metalúrgica (FITIM), propuso cambios para potenciar la revista que dirigía Andrés Sorel pero ésta cerró en 1977 ante la celebración de las primeras legislativas.
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