
«Me gusta ir a las playa de As Catedrais, es una maravilla», dice a La Voz
20 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.Tanto en la agencia Alandrina Tours de Ribadeo como a través de la página web www.codetickets.com se venden, a 15 euros, las entradas para uno de los conciertos estrella de la agenda cultural de Ribadeo que tendrá lugar mañana, sábado, en el auditorio municipal Hernán Naval, a las 20.30. El berciano Amancio Prada, aunque estudió ciencias empresariales aplicadas a la agricultura en Valladolid y sociología en la Universidad de la Sorbona, realizó estudios musicales en esa ciudad, presentándose en la capital francesa, a la que llegaría con 20 años, en 1972. Son más de 40 años de carrera musical, cumpliéndose el año pasado la celebración exacta de cuatro décadas de su primer disco, Vida e morte. El segundo, ya de regreso a España, en 1975, lo dedicó a Rosalía de Castro y fijó su residencia en Segovia. En 1986 estrenó Sonetos de amor oscuro de García Lorca y en 1987 A dama e o cabaleiro basado en poesía de Cunqueiro. Libre te quiero es el último disco-libro que ha editado, en 2013, y canción elegida por Martín Patino para un documental del movimiento 15-M.
-¿Cuál es el resultado y las sensaciones entre el público hoy, cuando canta a Rosalía o a Lorca, con respecto a los primeros conciertos que recuerda?
-No noto diferencia, la verdad. Los poemas tienen una belleza y emoción perenne, sin fecha de caducidad, como las canciones, espero. Una canción no se acaba de cantar nunca, si no se abandona. Procuro hacer lo que hago cada vez mejor, porque me encanta. Seguir estudiando.
-¿Cuánto tiempo hace que no visita esta parte de Galicia y qué significa Galicia para usted?
-Hace años estuve en Ribadeo cantando el Cántico Espiritual de San Juan de la Cruz en la iglesia de Santa María. Tenía ganas de volver y agradezco la invitación. En Mondoñedo he cantado varias veces en la catedral, a Cunqueiro, naturalmente. Y me gusta ir a la playa de As Catedrais, es una maravilla. Galicia es una prolongación del Bierzo, me siento como en casa, porque forma parte de mi paisaje natural y espiritual.
-¿Cómo se plantea el concierto que va a ofrecer en Ribadeo?
-Cantaré temas inéditos y clásicos, con especial atención a los dos primeros discos, Vida e Morte y Rosalía de Castro, que cumplen cuarenta años. Y lo que surja... pues ya veremos. No todo está escrito.
-¿Conserva su primera guitarra?
-Mi primera guitarra la gané cantando un poema de Rosalía, Pra A Habana. Me dieron la Galleta de Oro en el Festival de Alar del Rey, y con la galleta diez mil pesetas. Aquella sonata me abrió las puertas de mi primer otoño en París, año 69, y allí se quedó acunando al Sena... Ahora suelo tocar con una «Arcángel Fernández» y a veces, para cantar a Rosalía, me acompaño con una romántica de «Manuel Gutiérrez» (Sevilla, 1841), ya ve, solo cuatro años más joven que Rosalía. Que suena de maravilla, por cierto.
-Si hoy pudiera tener a Rosalía de Castro delante, ¿qué le contaría del mundo en que vivimos?
-La llevaría al Valle del Silencio. Contar nos contaríamos poco, pero cantaríamos mucho... Por toda la gente sin pan que sufrió.
-¿Qué le aportaron tanto la música como la poesía en estos más de cuarenta años de trayectoria profesional que suma ya y que ahora celebra y recuerda?
-Sí, llevo años en este camino en el que lo he puesto todo, es mi vida, mi vocación. La poesía inspira y alimenta mi canto. Como decía en Vida e Morte, «canto ós homes que morreron en tantas batallas e que ninguén falou deles; canto ós homes que loitan na oscuridade da noite pra facer saír o sol». Un canto que traiga algo de armonía a la conversación del mundo.
-¿Qué balance haría, a estas alturas, de su carrera y sobre todo cómo ve el panorama musical en la actualidad?
-Disculpe, pero no se me dan bien los balances y carezco de autoridad crítica. Mejor, seguiré cantando.