
Este jueves concluye el juicio en la Audiencia contra José Emilio Silvaje, el excura de Trabada y Ribadeo acusado de quedarse con tallas y objetos religiosos
22 mar 2019 . Actualizado a las 07:45 h.Quince minutos antes de las diez de la mañana, hora en la que estaba citado a declarar, José Emilio Silvaje, el exsacerdote de trece parroquias de Ribadeo y Trabada durante los años 2008 y 2012, llegaba a la Audiencia acompañado de su abogado. A preguntas de los periodistas, el acusado negó la apropiación de material religioso valorado en 25.000 euros, motivo por el cual, la Fiscalía pide cuatro años y medio de prisión. Los hechos se le imputan por parte del ministerio público.
Una vez en la sala y a preguntas del ministerio fiscal, que además de la pena de prisión, pide que indemnice al Obispado de Mondoñedo-Ferrol y el pago de una multa de 3.000 euros, el exsacerdote reconoció que pudo haberse equivocado en el ejercicio de sus funciones como párroco, pero se mostró dispuesto a reparar todo aquel daño que hubiese podido hacer. «He podido equivocarme, pero repondré todo aquello en lo que me haya equivocado. No necesito una sentencia judicial», indicó el excura, que también aclaró que nunca tocó «ningún bien mueble» para ser restaurado que estuviese «catalogado».
El exsacerdote relató que fue ordenado en el año 2006, en la catedral de Mondoñedo, y llegó a la comarca de A Mariña, para ejercer su recién estrenado ministerio, en noviembre de 2008.
Explicó que se hizo cargo de trece parroquias, porque fue asumiendo más responsabilidades a medida que otros párrocos tenían problemas de salud, hasta el punto de que se hizo responsable de una carga enorme.
También, a preguntas del ministerio público, explicó que la labor de sus predecesores al frente de algunas parroquias era muy criticable, porque en algunos casos tardó hasta cinco meses en hacerse con las llaves de las mismas, con los libros eclesiales y la titularidad de las cuentas parroquiales, que en muchos casos estaban en números rojos.
Por su parte, su abogado, José Manuel Oliveros aseguró que «estamos ante un procedimiento que nunca debería haber llegado a esta fase procesal, teniendo en cuenta que don José Emilio no se ha apropiado de ningún objeto de las parroquias que entonces llevaba, sino al contrario, realizó inversiones incluso de su propio patrimonio personal que hicieron que mejoraran esas parroquias», indicó.
El letrado opinó que a raíz de la desaparición de unas tallas en la parroquia de Sante, la gente empezó a alterarse y en aquel momento existía una situación complicada para don José Emilio. Desde su punto de vista, «se le imputaron una serie de hechos que a lo largo del tiempo se ha acreditado que no eran ciertos», concluyó.
