Amas de Casa de Ribadeo, con 800 socias, vuelve a viajar con ilusión y prudencia

«Foi redondo». Así describe María Antonia Rodríguez Martínez, presidenta de la Asociación de Amas de Casa de Ribadeo, el regreso de las excursiones del colectivo, después del gran parón que ha supuesto en ese tipo de ofertas de ocio el covid-19 y estando, actualmente, en una situación de «nueva normalidad» con respecto a la pandemia, aunque aún haya que esperar a ver cómo se comporta de ahora en adelante. Al menos permite que ciertas costumbres que se perdieron temporalmente hayan vuelto a la rutina para alegría de quienes las agradecían y valoraban, como el hecho de conocer mundo. El colectivo ribadense hizo una salida recientemente a Navarra, en la que participó un grupo de 46 personas, con dos bajas pues inicialmente eran 48 los anotados: «Fíxate, un grupo de 48 nestes tempos!». Eso sí, todos con las medidas correspondientes, subraya: «Coa máscara e todo á orde». Y con el certificado covid disponible, «porque non sabiamos se o ían a pedir ou non no hotel». Fueron cuatro días de estancia: «Para probar, é bastante».

Reconoce la presidenta que fue toda una «sorpresa» el interés por anotarse: «A xente está aburrida e como esta é unha asociación empezan a chamarme, preguntándome se non vamos facer nada. E cos cursos igual, que abrimos cunha prudencia impresionante. Todos os anos faciamos ximnasia, pilates e zumba no ximnasio do instituto de Ribadeo Gamallo Fierros e deixáronnolo sen ningún problema. Teño que darlles as grazas. É grande e permite manter dous metros de distancia. Poden entrar 25: 24 e a monitora. Xa cerramos as prazas o primeiro día e houbo xente que quedou fóra e outra que non quixo ir porque ten medo aínda».

Socios entre 16 y 102 años

En cuanto a socios, «somos sobre 800», siendo la más joven de 16 años y la más mayor de 102. «O ano pasado non puidemos celebrar asamblea. Tivemos baixas porque as hai todos os anos, pero sempre hai máis altas que baixas. Pero o ano pasado, coa pandemia, non houbo altas porque non houbo actividade», señala. Fue el 12 de marzo de 2020 cuando la suspendieron, hasta que la han podido retomar el pasado día 13 con el curso de pilates y gimnasia. Es decir, en torno a año y medio de total hibernación en la agenda de la Asociación de Amas de Casa. «A xente estaba desesperada», reconoce la presidenta.

Después de la experiencia viajera de Navarra parece que se perciben ganas de que se organicen más excursiones: «Se che mando a cantidade de wasaps que recibo, é para alucinar». Antes de la pandemia, incluso el colectivo organizaba viajes internacionales pero, de momento, no tienen en mente recuperarlos. «Aínda non, non», dice rotunda María Antonia Rodríguez.

Recuperar cierta normalidad a nivel de agenda y de sentirse activo y socializar es algo que se está mostrando más necesario que nunca, después de haber vivido un confinamiento extremo, un parón importante en actividades y, aún abriéndose los sectores, con restricciones duras en caso de brotes comarcales o locales. Pero la necesidad está ahí: «Estamos todos medio tocados».

Ella preside desde enero de 2012 una asociación que «se fundou en 1981 pero estaba anexada e segregouse da de Lugo en 1996». Podemos decir, de todas formas, pese a tal cambio administrativo, que este año están de 40 aniversario. «Pero aínda non podemos celebrar nada», lamenta. «Porque non nos permiten reunirnos, nin podo facer asamblea. Levamos dous anos sen ela. Podiamos facer unha comida ou unha cena, pero aínda non se sabe», señala con mucha prudencia María Antonia Rodríguez. Recientemente colaboraron con asociaciones de Ribadeo y con Acisa en iniciativas solidarias con la isla de la Palma. «Á causa do cancro tamén sempre aportamos unha miguiña», señala finalmente.

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