El deterioro avanza en la pasarela de O Cargadeiro, uno de los iconos de Ribadeo

José Francisco Alonso Quelle
j. alonso RIBADEO / L AVOZ

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Uno de los enclaves más fotografiados, fue fabricada hace 28 años en los países nórdicos con madera tratada y clama por una restauración

08 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El área recreativa de O Cargadeiro, y singularmente la recreación en madera tratada de la estructura -originariamente de metal- que se empleó entre 1903 y la década de los 60 del siglo pasado como punto de descarga en los mercantes que fondeaban en la ría del mineral que se extraía y llegaba en tren desde A Pontenova, es uno de los lugares icónicos de Ribadeo, visita imprescindible para los turistas y uno de los espacios más fotografiados. Con el cese de la actividad minera, el cargadero original cayó en el abandono y se fue deteriorando. La ruina llegó a constituir un peligro y se optó por retirar la pasarela. Como testigo quedaron las columnas de piedra que la sostenían. En la década de los 90 se proyectó su recuperación, como un testimonio imprescindible de la historia reciente de Ribadeo. Surgió así el proyecto del parque etnográfico de O Cargadeiro, que ejecutó Costas en varias fases, y que incluyó montar una pasarela de madera.

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En verano de 1995 se firmaba el contrato para adquirir y montar la estructura, por 72 millones de pesetas. Se colocó una pasarela de 83 metros de longitud de madera laminada (dividida en tres tramos independientes), apoyada en las tres pilastras originales, con un mirador en la mayor de ellas. Fue fabricada por partes en el extranjero, en los países nórdicos. De allí se envió a A Coruña, donde la madera fue sometida a un tratamiento especial para mejorar sus prestaciones y prepararla para resistir las condiciones climatológicas y el efecto corrosivo de la salitre.

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Desde un primer momento, desde el mismo montaje, se convirtió en un reclamo turístico de primer nivel, una imagen típica de Ribadeo para quien entra desde Asturias en Galicia por el puente de los Santos. Pero camino de los 30 años de antigüedad nunca ha sido objeto de una restauración integral en condiciones (sí se acometieron reparaciones parciales, como sustitución de maderas, pero de forma superficial, sin actuar a fondo en la estructura), de modo que su madera, sometida al desgaste de la intemperie, el mar y la salitre, poco a poco se va degradando.

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En la actualidad hay partes literalmente podridas, canalizaciones comidas por la herrumbre y espacios que invade la maleza. El mantenimiento corresponde al Concello, porque es el titular del espacio, cedido por Costas una vez ejecutó la rehabilitación y acondicionamiento del área etnográfica.