Así eran las carabelas de los navegantes que en los siglos XV y XVI descubrieron lugares como Brasil

Lucía Rey
lucía rey VIVEIRO / LA VOZ

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Un joven visitante de la carabela Vera Cruz, mostrando un cubo similar a los que los tripulantes de la embarcación usaban en la Edad Moderna para hacer sus necesidades
Un joven visitante de la carabela Vera Cruz, mostrando un cubo similar a los que los tripulantes de la embarcación usaban en la Edad Moderna para hacer sus necesidades Xaime Ramallal

Mucho público se acercó a Celeiro para conocer la Vera Cruz, una réplica de esas naves

11 sep 2022 . Actualizado a las 23:23 h.

Viveirenses y visitantes tuvieron este sábado una oportunidad única: la de conocer los entresijos de una de las carabelas con las que durante los siglos XV y XVI navegantes portugueses alcanzaron por primera vez puntos tan lejanos del planeta como el Cabo de Buena Esperanza, en el sur de África (Bartolomeu Dias, 1488), o Brasil (Vasco da Gama, 1500). Numerosas personas se acercaron desde primera hora al muelle norte de Celeiro, donde permaneció amarrada y abierta al público en horario de mañana y tarde la Vera Cruz, una réplica de las citadas carabelas que recaló en Viveiro en su travesía hacia Lisboa tras haber participado en Guetaria en los actos conmemorativos del 500 aniversario de la vuelta al mundo de Juan Sebastián Elcano. El viernes la visitaron la alcaldesa, María Loureiro, y el concejal del Mar, Jesús Fernández.

La carabela permaneció amarrada en el puerto de Celeiro y abierta al público en horario de mañana y tarde
La carabela permaneció amarrada en el puerto de Celeiro y abierta al público en horario de mañana y tarde Xaime Ramallal

Xaime Ramallal

Los 21 tripulantes de la histórica embarcación de madera, encabezados por el capitán José Ignacio Costa Lopes —«lenda viva da navegación portuguesa», como destacó el tripulante viveirense Manuel López Martínez—, atendieron con entusiasmo a los visitantes. Algunos simplemente querían conocer el barco, mientras que otros disfrutaron con las explicaciones históricas relacionadas con las rutas de navegación, instrumentos como el astrolabio, el cuadrante o la ballestilla, o la vida a bordo. «La mayoría de los marineros dormían al aire libre en cubierta, usaban un cubo y un cepillo para su higiene y debían soportar todo tipo de condiciones meteorológicas y del mar. La dieta se basaba en pescado y carnes secas y saladas, nueces, queso, la famosa galleta (pan horneado dos veces), agua y vino», se subrayaba en uno de los paneles de una nave que es propiedad de Aporvela, una asociación sin fines lucrativos y de utilidad pública. Manuel López quiso agradecer la colaboración del ex práctico del puerto, Andrés Díaz, y de la consignataria, Nieves, para poder desarrollar la actividad en Celeiro.

Xaime Ramallal

Características

La Vera Cruz es una réplica fiel de las carabelas que el Reino de Portugal construyó en el siglo XV. Mide 25 metros de eslora y 7 de manga. Tiene capacidad para 21 tripulantes, y para llevar hasta 50 personas a bordo. Está hecha de madera siguiendo los planos de las embarcaciones que, entre otros, descubrieron Brasil.

Aporvela

La Associação Portuguesa de Treino de Vela es la dueña de la Vera Cruz. Se encarga de divulgar la historia marítima de Portugal.

El viveirense Manuel López Martínez, a la izquierda, es uno de los miembros de la tripulación en la travesía del Vera Cruz entre Guetaria y Lisboa
El viveirense Manuel López Martínez, a la izquierda, es uno de los miembros de la tripulación en la travesía del Vera Cruz entre Guetaria y Lisboa Xaime Ramallal

«Portugal e España temos unha historia de séculos, o que nos diferenza dos alemáns ou os estadounidenses. E Galicia sempre foi fornecedora de grandes mariñeiros»

«No inverno recibimos a escolares en Lisboa, e no verán navegamos», José Ignacio Costa Lopes, capitán de la carabela Vera Cruz

«A miña relación co mar vén de vello, e ter a oportunidade de facer unha travesía nunha nave como a Vera Cruz é extraordinario»

«Extrañante, os días a bordo pasan rápido polo bo ambiente, a camaradería e a colaboración que hai», Manuel López Martínez, tripulante de Viveiro de la Vera Cruz