Viveiro, el punto negro de la carretera de la costa en A Mariña condenado a sufrir atascos
VIVEIRO
Es la única de las grandes poblaciones de la costa lucense sin variante, donde las colas de vehículos se repiten cada agosto y ahora además sin policía local
19 ago 2024 . Actualizado a las 22:00 h.Entre la depuradora de Viveiro, situada frente al último acceso a Celeiro desde la LU-862, y el párking donde se ubicaba la antigua discoteca Verxeles, situado en la Avenida de Ferrol, hay poco más de dos kilómetros y medio. Según el Google Maps, el trayecto estimado en coche entre estos dos puntos tiene una duración de seis minutos. Sin embargo, como la Ciudad del Landro es la única de las principales poblaciones mariñanas que no cuenta con una variante, en agosto ocurren atascos como los del pasado miércoles. A media mañana, un turismo necesitaba de 22 minutos para completar el mencionado tramo: desde las 11.17 horas hasta las 11.39.
Desde la gasolinera de Celeiro, el tráfico en dirección Viveiro se convierte en un «embudo» en esos días en los que, por distintos motivos y sin alternativa por carretera, se concentran en pleno casco urbano vecinos o mariñanos que acuden al trabajo, a consultas médicas o a realizar trámites o compras, turistas que tienen distintos destinos —algunos pretenden llegar a O Vicedo o Covas— y camiones con todavía más diversas casuísticas. Conductores veteranos optan por desviarse por la carretera vieja (LU-102) y algunos más inexpertos lo hacen en pleno atasco, dando la vuelta donde no deben. Sin embargo, O Pirixel ha perdido en parte su condición de atajo, ya que se adoptaron medidas para rebajar la siniestralidad, y su existencia ya no es tan desconocida. Así, las colas comienzan a ser habituales a la altura de la estación de servicio de San Lázaro. La situación del tráfico este verano es más compleja si cabe por la ausencia desde hace meses de la Policía Local, competente en esta materia en los tramos urbanos municipales.
Los colapsos también son habituales a última hora de la tarde en los accesos a Viveiro —desde Area o desde Magazos— y en la variante urbana, especialmente los fines de semana, a la hora de regresar los usuarios de las playas.
En el 2015 se acometió el último plan de reordenación del tráfico en Viveiro, habilitando para doble sentido la variante urbana. Aquella reorganización sirvió para mejorar la fluidez de la circulación durante buena parte del año, pero cuando Viveiro y A Mariña asumen la llegada de turistas las colas vuelven a aparecer. «En el día a día se notó para bien, pero cuando hay una gran afluencia de gente, en Semana Santa o verano, las medidas adoptadas no son una solución, sino un parche. Todo esto se produce porque no tenemos una alternativa por carretera», apunta la alcaldesa, María Loureiro, que ostentaba el bastón de mando cuando se ejecutó la reforma.
Loureiro admite que el hecho de no contar con Policía Local en estas situaciones es un hándicap, «porque ayudaría a dar algo más de fluidez», pero insiste en que «el problema sigue siendo la falta de una vía de alta capacidad. No puede ser que para todo haya que pasar por la ciudad», lamenta.
Concretadas las circunvalaciones de Ortigueira y Xove, la parte de la Vía de Alta Capacidad (VAC) Costa Norte —infraestructura concebida para conectar Ferrol y San Cibrao— que podría desviar buena parte del tráfico pesado que inevitablemente pasa por Viveiro, está en un cajón de la Administración gallega, veinte años después.
En el 2018, la Xunta propuso la construcción de un nuevo puente de 1,7 kilómetros sobre la ría de Viveiro, una posibilidad que cosechó rechazo político y social, con controversia en el pleno. Y desde entonces no ha habido avances, dando el Gobierno autonómico prioridad a mejorar la LU-540, la vía hacia Cabreiros y Lugo, que no solucionará los atascos en el centro.
Con la inauguración de los ocho kilómetros del tramo de la VAC Costa Norte entre Celeiro y Xove, Viveiro pasó a ser el único de los principales núcleos urbanos de A Mariña que no cuenta con variante. La N-642 permite bordear Burela y Foz, también San Cibrao, y la A-8 sortear Barreiros, Ribadeo, Lourenzá o Mondoñedo.