Recuperan en Viveiro la tradicional Xira a Portochao tras más de 40 años sin celebrarse

SOFÍA ESTRELLA, M.C. VIVEIRO / LA VOZ

VIVEIRO

XAIME RAMALLAL

Pensamento e Sementeira reunió a los participantes, que llegaron a pie o en kayak

05 oct 2024 . Actualizado a las 13:17 h.

Muchos mayores de Viveiro la recuerdan. A Xira a Portochao, que se celebraba anualmente después de las fiestas patronales de San Roque, era una tradicional marcha que acompañaba desde la ría el recorrido del río Landro.

Los vecinos preparaban la comida y la bebida, decoraban sus pequeñas embarcaciones de madera y subían río arriba junto a sus familias y amigos hasta Portochao, donde luego almorzaban y pasaban el resto de la jornada. Aprovechaban la marea para alcanzar este bello paraje.

A mediodía de ayer se agrupaban tanto jóvenes como mayores en el aparcamiento de la variante para ir caminando juntos, mientras que otros se subían a los kayaks en la ría preparados para remar. Muchos acudieron con sus mochilas repletas de tortillas de patata, empanadas y bocatas, en compañía de su gente cercana.

La iniciativa fue promovida por el colectivo Pensamento e Sementeira, una asociación juvenil que tiene como objetivo fomentar la cultura en Viveiro organizando eventos.

Como explica Paula Parapar, miembro de la asociación encargada, «todo se ha organizado con la intención de recuperar esta tradición, y esperamos que se siga haciendo más años». «Es una iniciativa interesante porque las fiestas tradicionales van evolucionando y también hay que tratar de preservar las costumbres implicando a las nuevas generaciones», aseguraba la joven. «Mi abuela me contaba que iba siempre a Portochao, que subía en barco y comían arriba todos», cuenta.

Según rememora Esperanza, viveirense cuyo nieto también forma parte del colectivo organizador, «subían gaiteiros y autobuses, íbamos todos en pandilla. Era muy bonito». Comenta además, entre sorprendida y contenta, que «los organizadores son todos chavalitos».

Durante la travesía, pasando por entre los juncos, se avistaban los coloridos kayaks entre la vegetación. Surcaban el río elegantemente. Los senderistas, tanto niños como mayores, iban charlando, parándose en la fuente a beber agua y contemplando las impresionantes vistas del paseo fluvial.

Una vez llegados a Portochao, todos los caminantes se asomaron al puente para ver llegar las embarcaciones, cuyos tripulantes, animados por la buena temperatura, aprovecharon para refrescarse en el río. Aunque la lluvia hizo una pequeña aparición fue solo para refrescar a los viveirenses que estuvieron acertados en llevar crema de sol para protegerse el resto de la tarde.

Los asistentes prepararon sus manteles y sus mesas para la comida campestre y otros muchos fueron llegando en coche llenando la explanada que más tarde sirvió de escenario para la música de gaitas.

Por la tarde, los asistentes realizaron juegos tradicionales e incluso muchos llevaron pelotas de voleibol y juegos de cartas. También se bailó al son de la música. Con un gran ambiente de sol, energía, música y risas, se recuperó ayer una tradición histórica en Viveiro, de la cual muchos tenían bonitos recuerdos de juventud. Esperemos que a partir de este año, gracias a la labor de Pensamento e Sementeira, tanto abuelos como nietos puedan volver a disfrutar de momentos tan especiales y únicos en esta fiesta popular.