Delia y Jesús, de 86 y 87 años: «Grazas ós veciños, pasamos ben o confinamento, bailamos todos os días»

VIVEIRO

Una placa loa la convivencia de 84 familias de Xunqueira (Viveiro) de marzo a mayo del 2020
16 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Hace ahora cinco años, el país estaba confinado y atemorizado por un virus, el covid-19, que se expandía a toda velocidad dejando miles de muertos. Para hacer frente a aquellas interminables jornadas de miedo e incertidumbre, un grupo de vecinos de Xunqueira, en Viveiro, decidió darle la vuelta a la tortilla. Y así nació el espíritu «Saloma», en honor a los cantos con los que, según reveló Marco Paraños, tatuador y vecino del lugar, se entretenían los piratas para evitar los motines a bordo. Un espíritu que entre marzo y mayo del 2020 ayudó a animar a través de las ventanas a las alrededor de 84 familias que residen en el entorno de Xunqueira, 4. «Grazas ós veciños pasamos moi ben o confinamento, bailamos cada día», sonríe Delia, de 86 años, junto a su marido, Jesús, de 87. Al ser octogenarios ya, eran uno de los grupos de más riesgo. Pero las ganas de vivir y seguir adelante llenaron de música el ambiente. Con un altavoz y a través de una ventana, Luis Timiraos Lage, Timi, junto con su hija Lara, que se comunicaba vía wasap con el resto para conocer sus peticiones, pinchó canciones para todos. De temas que renacieron como himnos, como Resistiré o Xuntos, a música gallega, rock e incluso pasodobles. Cada día, a las dos de la tarde había sesión vermú. A las ocho, sesión vespertina. Festejaron el Día das Letras, la Feria de Abril, la Semana Santa, el Día da Educación física na rúa e incluso el festival de Eurovisión. Los fines de semana había bingo.



El 21 de marzo celebraron el cumpleaños de Julia, que tenía 4 años, como recuerda Úrsula, su madre. Uxía, Mencía, Nerea o Diego, que ahora tiene 10, fueron otros niños confinados en la zona. «Mandaban moitos deberes para a casa», recuerdan Ana y Nacho, padres de Diego. «Cando empezou o confinamento, tiñamos febre e illáronos 19 días. Acabamos a bebida da casa», sonríen Ana y Beni. «Daquela non enfermamos ningún de coronavirus. Morreu unha veciña, Cayetana, pero non foi de covid, xa estaba maliña», recuerda Conchita emocionada. En diciembre del 2020 hicieron una fiesta en una carpa que animó Verónica Cambón. Además, en recuerdo de aquella gran convivencia, hay una placa en la denominada «Plazoleta Saloma», y varios vecinos hicieron tatuajes conmemorativos de la experiencia.