«Decir 'no' a los niños les ayuda a crecer saludablemente, no les crea ningún trauma»

VIVEIRO

La psicóloga del Sergas Sonia Martínez Rodil abordó en una charla en Viveiro la necesidad de establecer límites durante la crianza para fomentar la autonomía y el bienestar de los adultos del mañana
27 abr 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Los años de crianza marcan lo que va a ser una persona el resto de su vida y, en el mundo actual, regido en buena medida por la velocidad en el trabajo y en la vida cotidiana, las pantallas (móviles, tabletas...) o las redes sociales, las familias afrontan la crianza como un reto todavía mayor. Y en esa responsabilidad, establecer límites es imprescindible, como destacó en una nutritiva charla organizada en Viveiro por el IES María Sarmiento la psicóloga Sonia Martínez Rodil, experta en educación infantil y juvenil, y que trabaja en la Subdirección Xeral de Saúde Mental del Sergas. «Decir ‘no’ a los niños, ponerles límites, los cuida, les ayuda a crecer saludablemente, no les crea ningún trauma», apuntó la profesional, e indicó que el 70% de los trastornos mentales, como los brotes psicóticos o la esquizofrenia, debutan, aparecen, antes de los 25 años. En esa línea, Martínez Rodil advirtió, por ejemplo, del peligro que acarrea a edades tempranas, cuando el cerebro todavía se está formando y la personalidad se está forjando, el consumo de sustancias como alcohol o marihuana.
La adolescencia, dijo, es de por sí una época compleja «en la que lo emocional pesa más que lo racional porque los cerebros están poco maduros». Pero esa circunstancia biológica se ve agravada cuando se añaden «piedras en el camino» como un uso excesivo e inadecuado de pantallas, que dificulta la crianza porque las redes cibernéticas han suplantado a las socioafectivas; el consumo de drogas («ha habido un retroceso porque hay una banalización del consumo de porros, de marihuana..., mucha gente los percibe como inocuos», señaló), la falta de resiliencia («han perdido la capacidad de espera, quieren todo para ya, la capacidad de frustración es ‘menos cero’ y se ahogan en un vaso de agua») o el analfabetismo emocional («les cuesta expresar emociones y autocontrolarse»).
«Poner límites no es gritar ni echar una bronca. Es decir serio, pero no enfadado: ‘Cariño, en esta casa no se come con el móvil en la mesa’. Y cumplirlo», Sonia Martínez Rodil, psicóloga de Saúde Mental del Sergas
Todo ese mare mágnum está relacionado con «el cambio de era» experimentado en los últimos años, como subrayó la psicóloga. Antes «se pedía» que los hombres fuesen «serios, honrados, limpios, no bebedores» y las mujeres «buenas cuidadoras, sensatas, ‘decentes’». Ahora, en cambio, se quiere que tanto hombres como mujeres «sean felices». «Y eso choca frontalmente con poner límites porque es un rollazo que implica broncas, enfados, castigos..., y llevamos una vida tan estresada, de horarios imposibles en la que vamos como pollo sin cabeza de un lado a otro, llevando a los niños a 50 actividades... que esa logística diaria es imposible y no ayuda a establecer límites de forma tranquila, hablando con ellos, y acabamos con broncones a destiempo...», señala.

Reflexiones de esperanza
Pero hay esperanza. Martínez Rodil invitó a reflexionar sobre si los niños necesitan, por ejemplo, acudir a tantas extraescolares o prefieren pasar más tiempo disfrutando en familia. También animó a las madres y padres a aprender a posponer las recompensas, a fomentar que los críos tengan amistades sólidas, reales, en las que pueden ser ellos mismos sin ser juzgados, frente a las amistades «líquidas» de las redes sociales, que se diluyen con más facilidad. Y a autocuidarse («si yo no me cuido, no puedo cuidar bien de mis hijos») para tener presencialidad. «Decía Gloria Fuertes que ‘lo primero es la bondad, después el talento. Y aquí acaba el cuento’», concluyó.