El dilema del Obradoiro: gastar o guardar la ropa

m.g. rEIGOSA SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

El conjunto santiagués optó por el ahorro para el próximo curso tras la marcha de Muscala

13 may 2014 . Actualizado a las 11:47 h.

«Este equipo estaba para pelear por el play off. Ahora hay que esperar, pero va a ser difícil». La reflexión es de un jugador de la actual plantilla, la semana siguiente a la marcha de Muscala a Atlanta y de la lesión de Oriol, y sin saber quiénes podrían ser los sustitutos. Percibía un gran vacío.

El Obradoiro se quedó, de golpe, sin dos de los tres jugadores más valorados de la plantilla, dos pívots que estaban mezclando muy bien. El equipo estaba jugando como nunca. Si las defensas se cerraban sobre el juego interior, el perímetro castigaba. Y viceversa.

En ese momento, el equipo tenía diez victorias en su haber y el objetivo de la permanencia muy cerca. Y el club no se apartó de los criterios de estricto control económico con los que edificó el proyecto 13/14.

Como no lo hizo tras la marcha de Minnerath. En ese momento, estuvo cerca de fichar a Wilkinson, pero no pudo competir con una oferta búlgara y ni siquiera entró en la puja. Siguió esperando, hasta que Berzins se puso a tiro en el margen financiero disponible.

Después de la marcha de Muscala llamó a la puerta de Begic, cortado por Olympiakos tras recuperar a Shermadini. Y con el jugador estaban las gestiones encarriladas, ya que veía con buenos ojos la opción santiaguesa en la que un año antes se había catapultado Salah Mejri. Pero el club griego, a sabiendas de que Muscala había dejado dinero en caja, no se avino a darle la carta de libertad sin una compensación. Y el Obradoiro ni siquiera entró en un tira y afloja.

Lo cierto es que va a terminar la campaña con una plantilla más barata que la que inició el curso, a lo que habría que añadir el dinero que abonó Muscala tras las negociaciones para quedar liberado de su contrato, algo más de 200.000 euros.

Si se lo hubiese gastado en los fichajes o hubiera echado el resto para tratar de traer a Mirza Begic o un jugador de rango similar, quizás hubiera ganado algún partido más. Incluso así, el equipo compostelano estuvo cerca del triunfo ante el Fuenlabrada y el Gipuzkoa Basket, incluso en Valencia, en partidos en los que salió cruz del mismo modo que podía haber sido cara.

Lo que está perdiendo ahora el club en el área deportiva es terreno ganado en el apartado económico para el proyecto 14/15. Pero el deporte es más que los fríos números estadísticos. Y el equipo intentará despedirse de su afición este sábado, ante el Murcia, dejando en el paladar el sabor de la duodécima victoria.