El de Pontepedriña lleva seis años al frente del vestuario y dice que «esto ya es más que un club»
16 may 2016 . Actualizado a las 14:13 h.Moncho Fernández (Santiago de Compostela, 1969) volvió a cumplir los objetivos del Obradoiro cuando todavía resta una jornada para concluir la fase regular en la Liga Endesa. El equipo seguirá compitiendo un curso más en la mejor liga de Europa.
-¿Ya duerme ahora usted más tranquilo y relajado?
-La temporada no acabó. Estamos contentos y felices, pero el domingo tenemos un partido más y queremos festejar la permanencia con la afición. Y la mejor forma de hacerlo es peleando y luchando por la victoria. Queremos ganar el último encuentro.
-No será fácil mentalizar a sus jugadores para competir el domingo en Sar ante el Unicaja.
-Cuando volvamos el martes a trabajar, los jugadores lo harán con la misma ilusión y ganas de siempre. Sar estará a tope y para poder dedicarle la victoria y darle las gracias a la afición hay que prepararse bien.
-¿Cree usted que se pudo resolver la temporada mucho antes?
-Es difícil hacer este tipo de valoraciones. Es cierto que si hubiésemos ganado uno de esos cuatro, cinco o seis partidos que perdimos en el último minuto y en la última jugada ya estaríamos antes con las doce o trece victorias de las anteriores temporadas.
-¿Fue la permanencia más difícil?
-Todos los años son duros. Hay que trabajar mucho y no solo se puede resumir en la parte final. Sí que es cuando llegan los frutos, pero antes hay muchas cosas. La temporada empieza cuando acaba la anterior, e incluso antes. Todos los años son difíciles y no sabría decir si realmente este fue el más duro de todos.
-¿Fue decisiva la llegada de Kolesnikov, Maric y Vasileiadis?
-Fue importante. Nos ayudaron mucho, pero lo realmente decisivo fue el equipo, los quince jugadores. No solo los doce que se podían alinear, sino los quince que trabajaron y sumaron cada semana para llegar en buenas condiciones a la competición. La clave es el colectivo, porque los jugadores dieron lo mejor que tenían en el momento en el que más se necesitaba.
-¿Es posible que se hubiese sufrido menos si se hubiese fichado antes un pívot?
-Hablar de eso sería entrar en especulaciones. El mercado es algo que nosotros no marcamos. El Obra tiene una realidad económica y nunca se va a poner en peligro la viabilidad del proyecto. Accedimos a estos jugadores porque sus equipos finalizaron las competiciones en las que estaban. Esto no es El Corte Inglés, que puedes llegar y comprar lo que quieras. Aquí se ficha cuando se puede.
-¿Es usted el Alex Ferguson del Obradoiro?
-Ojalá fuese. Me encantaría. Siempre digo que eso significaría estar treinta años en este club. Sería muy feliz y hablaríamos de un Obradoiro con muchas temporadas en lo más alto. Sería fantástico, sin duda. Llevo ya seis años aquí y para mí el Obra ya es más que un club.
-¿Pedirá un aumento de sueldo?
-No. Me considero muy bien pagado.
-¿Qué sería del Obradoiro sin Moncho Fernández?
-El Obradoiro está por encima de Moncho Fernández. Soy una pieza más, tal vez la punta del iceberg, pero el iceberg es muy grande. En el Obradoiro está el cuerpo técnico, la gente que trabaja en las oficinas, el consejo de administración, los patrocinadores, la afición... Las personas pasan y las instituciones siguen.
-Es usted demasiado humilde.
-No, para nada, es la realidad.
-Y, por encima, triunfa en casa.
-No sé si es más fácil o más difícil. Es un tópico que se repite mucho y con el que no estoy muy de acuerdo. Jugar en casa solo me trajo ventajas. Tener a mi familia tan cerca, ver la grada repleta de aficionados que te apoyan siempre, en los buenos y en los malos momentos... Creo que para mí es una gran ventaja ser de Santiago y entrenar al Obra.
-¿En algún momento de la temporada se sintió cuestionado por el consejo de administración o por la afición?
-Hay algo que siempre intento hacer cuando las cosas van bien y cuando van mal: centrarme en lo que sé hacer. Siempre me sentí apoyado, muy valorado y respetado por el club. Cuando las cosas no iban como queríamos sentí el apoyo de la directiva para buscar soluciones y tratar de salir de la situación en la que estábamos.
-¿Cuánto daría usted por mantener por una vez a la mayor parte de la plantilla y no tener que empezar un nuevo proyecto con siete u ocho caras nuevas?
-Cuando estás en un sitio tienes que conocer su realidad. Y en nuestro caso debemos saber que el Obra es un club modesto y muy serio. Todo el mundo aprecia nuestra humildad. No puedes pedirle al club lo que no te puede dar. No es cuestión de hacer un gran dispendio porque luego puede quedar tierra quemada. Nuestro proyecto cuesta mucho trabajo, con aficionados y patrocinadores que realizan un gran desembolso económico. Madrid o Barça están obligados a ganar títulos. Nosotros no tenemos esa obligación.
-Usted dijo en Andorra que el Obra sí había logrado un título.
-Por supuesto, el título de la permanencia. Conseguimos nuestro objetivo.
-¿Ya está trabajando en el próximo proyecto?
-Todavía no, aunque es cierto que nunca dejas de trabajar. De forma especifica, pues no se empezó, ya que todavía estamos en competición. Hay mucho tiempo hasta octubre.
-¿Pasará otra vez lo de todos los años, es decir, que se marchen los mejores?
-No lo sabemos. Son situaciones que empezaremos a valorar cuando se acabe la liga.
-¿Y si alguien viene con el talonario para llevarse a Moncho Fernández?
-Plantearse esas hipótesis no tiene sentido. Tengo contrato con el Obradoiro para la próxima temporada.