
Moncho Fernández encara una de las remodelaciones más complejas tras el adiós de Pustovyi, Thomas, Bendzius , Corbacho y Radovic
13 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Superado el protocolo de los reconocimientos médicos, llega el turno de la pretemporada para un Monbus Obradoiro que encara su octava campaña consecutiva en la ACB y que será también la del estreno en la Supercopa (21 y 22 de septiembre), en calidad de anfitrión. Falta poco más de un mes y ya se ha agotado el papel.
Moncho Fernández y sus ayudantes tendrán que lidiar con una nueva remodelación, probablemente la más compleja. Siguen siete jugadores que ya estaban el pasado curso. Pero se han ido dos que acabaron la temporada entre los quince más valorados de la Liga Endesa (Matt Thomas y Pustovyi, en los puestos undécimo y decimoquinto). Además, el pívot, que ha firmado por el Barcelona, fue noveno en capturas y segundo en tapones, mientras que el escolta, que ha fichado por el Valencia, firmó el cuarto mejor promedio de anotación en su primera campaña como profesional. Tampoco siguen Eimantas Bendzius, uno de los jugadores más utilizados por el Alquimista de Pontepedriña, ni Alberto Corbacho, el mejor triplista en la historia del club. Y completa la relación de bajas Radovic.
El Obradoiro es consciente de esa realidad, al mismo tiempo un talón de Aquiles y una ventaja. Sabe que no puede competir cuando la cotización de sus jugadores se relanza. Pero también sabe que la mejor manera de reinventarse no es buscar piezas de un perfil parecido a las que emigran, porque no las hay. Siempre se decanta por revisar el modelo, por adaptarlo para intentar extraer el máximo partido a los jugadores que entran en su disponibilidad económica.
Entre las cinco caras nuevas, dos son veteranos contrastados y, los otros tres, jóvenes por pulir. De los cinco, uno ya es conocido por la afición de Sar, toda vez que encara su tercera etapa en el equipo. Kostas Vasileiadis fue el primer fichaje de la historia del Obradoiro en la ACB. Dio el sí a un proyecto por hacer en su totalidad, teñido de incógnitas. Y se ganó el afecto de la grada desde el primer día. Volvió en abril del 2016, para echar una mano en la lucha por la permanencia. Ahora regresa, tras firmar la pasada campaña el mejor promedio anotador en el Iberostar Tenerife. Manejaba ofertas más sustanciosas en el apartado económico, pero pesó más su deseo de reencontrarse con la afición de Sar.
Maxime de Zeeuw también llega curtido, después de desarrollar su carrera en su país natal, Bélgica, y de completar las dos últimas campañas en la liga alemana, en el Oldemburgo. Es un jugador capaz de anotar de mucha maneras. El escolta Andreas Obst fue elegido mejor jugador joven la pasada temporada en la Bundesliga y ya ha debutado con la selección absoluta. Es habitual que el Obradoiro incorpore cada verano un rookie. El elegido en esta ocasión es el pívot eslovaco Brodziansky, procedente de la Texas Christian University. Y completa el juego interior el benjamín Triggvy Hlinason, de veinte años, al propio tiempo el techo del equipo con sus 215 centímetros.
Muchos cambios en la línea exterior
La línea exterior es la que más cambia, y la que está todavía por apuntalar. El club sigue buscando un alero para completar la plantilla y encarar la temporada con trece jugadores (de modo que Moncho Fernández tendría que decidir un descarte en cada convocatoria), o hacerle hueco si finalmente Martins Laksa opta por buscar minutos en otro destino. No hay prisa, a la espera de las oportunidades de última hora, de jugadores que corren el riesgo de quedarse sin equipo y se ven obligados a rebajar sus pretensiones económicas. Tanto puede responder a un perfil como el de Thomas el pasado curso, que llegó con altas expectativas y superó las más optimistas, o al de un jugador ya contrastado y con horas de vuelo en el baloncesto profesional.
Presupuesto modesto
Otra de las cosas que no cambian en el nuevo proyecto del Monbus Obradoiro es el de la economía. El club volverá a viajar en el vagón de cola, entre los que manejan los presupuestos más bajos. Rondará los tres millones de euros.
La organización y participación en la Supercopa no traerá consigo un incremento en el gasto para la plantilla. El lleno en el Multiusos de Sar está garantizado, toda vez que se han agotado los abonos. Alrededor de tres mil fueron adquiridos por socios del Obradoiro en el plazo preferencial. El Obradoiro participa en calidad de anfitrión; el Real Madrid, como campeón de la Euroliga; el Barça, como ganador de la Copa del Rey; y el Baskonia, como subcampeón de la Liga Endesa. A principios de septiembre se sortearán los cruces.