Tomas Richartz: «Siempre he sentido que el Obradoiro cuida a su gente»

ANDAR MIUDIÑO

Sandra Alonso

Tras once años en el club, considera que es momento de abrir una nueva etapa

04 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Después de once años en el Monbus Obradoiro, Tomas Richartz, fisioterapeuta de profesión y vocación, considera llegado el momento de dar un giro a su vida. En unos días tomará parte en una concentración de la selección española sub-20. Hasta agosto no quiere empezar a darle vueltas a la cabeza para ver hacia dónde encauzará su futuro. Y, entre tanto, pasa revista a estos más de dos lustros en el club.

-¿Por qué se va?

-Van once temporadas y quiero darle un cambio a mi vida. Creo que es el momento de buscar otros objetivos y otros sueños. Son campañas muy exigentes, somos un equipo pequeño que siempre ha logrado su objetivo. Tengo 39 años, el 30 % de mi vida se la he dedicado de lunes a lunes a este proyecto y estoy encantado y me siento afortunado de haber participado. Pero quiero hacer otras cosas. No hay más que eso. Siempre he sentido que el Obradoiro cuida a su gente, y a los de casa más. Siempre me he sentido cuidado por todos.

-¿Han cambiado mucho las cosas en estos once años?

-Es un club que con un presupuesto pequeño va a por la undécima temporada seguida en ACB. Es un proyecto asentado, que crece poco a poco, a veces con paso más grandes, otras con pasos más pequeños, peros siempre dando pasos hacia delante.

-Sin cambiar la esencia.

-La esencia es lo mejor. El factor humano es lo mejor del Obradoiro. Siempre hay grandes personas muy implicadas que hacen sus funciones y ayudan en otras. Como dicen Moncho y Mateo, los grandes equipos los hacen las grandes personas.

-Sin pensarlo mucho, ¿cuál es su mejor recuerdo?

-Sin duda, el año de play off. Fue la mejor temporada. La temporada del ascenso y esta creo que han sido las más exigentes y difíciles. En la del ascenso, había que subir sí o sí y se consiguió. Y este año, en una situación menos bonita, la pandemia, nos tocó el brote más importante de la liga, creo. Salir adelante y llegar sanos y salvos ha sido muy grande. Una campaña tuvo el premio del ascenso, en esta el de seguir en la ACB. Todos los clubes lo han pasado mal con la pandemia, pero diría que los modestos más.

-Le ha tocado vivir de cerca lesiones y rehabilitaciones. ¿Qué recuerdos le dejan?

-Todas son dolorosas pero quiero mencionar tres casos de personas que han dado muchísimo por el club y sufrieron percances que te parten el alma. Oriol Junyent se rompió el cruzado, en su segunda juventud, y coincidió con la marcha de Muscala. La de Corby, que es también un buque insignia de la casa. Y este año la del supercapitán Pozas, que está ya muy bien. Impactan.

-¿Cuál supuso para usted un mayor desafío profesional?

-La de Alberto fue grave. Robbie venía de varias de cruzado... Pero la de Alberto fue la más compleja para el día a día en la recuperación

-¿Cómo definiría al Obradoiro?

-Lo lleva en su nombre, Club Amigos Baloncesto. Es un equipo profesional, con menos recursos que otros, pero compitiendo en la misma liga, en el que el componente humano es muy importante.

-¿Cuántos mensajes le han llegado desde que anunció su adiós?

-Muchísimos. Lo mejor del deporte es la cantidad de amigos que vas haciendo.